Hay mucho que apreciar y poco para desestimar a esta secuela, reinicio, remake o cómo sea que se identifica Jumanji: Welcome to the Jungle, 22 años después de la original.

La simple idea de un remake de Jumanji habría sido suficiente para enfurecer a los fanáticos de la película original del 1995, un gran éxito taquillero y uno de los filmes más apreciados por los fanáticos del fallecido Robin Williams. No importa cuál sea tu opinión de Jumanji, se trata de uno de los más grandes éxitos del celebrado actor, y uno que ocupa un espacio especial en el corazón de muchos. En otras palabras, el valor sentimental otorgado a esta película habría sido el mayor obstáculo de Sony Pictures, el director Jake Kasdan  y Dwayne “The Rock” Johnson, quienes logran lo que parecía imposible: un filme que respeta lo que hizo la original, tiene personalidad propia y encamina a la franquicia en nuevas direcciones. ¿Quién lo diría? Es solo la segunda película en este mes de diciembre en hacer algo similar.

Spencer (Alex Wolff) no es necesariamente el chico más popular de la escuela. De hecho, es muy probable que sea todo lo contrario. Es por esto que Fridge (Ser’Darius Blain), quien fuese su mejor amigo de la niñez, ahora solo lo utiliza para obtener buenas calificaciones y poder seguir jugando Football en el equipo de la escuela. Es esta misma relación desbalanceada que los lleva a ser castigados por el principal de la escuela con el famoso “detention”. Allí tendrán que compartir con Bethany (Madison Iseman), una chica popular que no funciona sin su teléfono móvil; y Martha (Morgan Turner), el eterno “crush” de Spencer y estudiante ejemplar que se niega a practicar deportes y que podría escribir una disertación sobre la irrelevancia de la clase de Educación Física. Sin un buen desarrollo de estos personajes, uno de los más refrescantes elementos de esta película habría sido completamente desperdiciado. Sin embargo, el guión de Chris McKenna, Erik Sommers, Scott Rosenberg y Jeff Pinker se toma el tiempo para darle profundidad y credibilidad a la relación entre ellos.

Obligados a estar juntos, el grupo intenta matar el tiempo con Jumanji, un juego de video que inmediatamente los succiona y escupe en la selva; la misma selva en que Alan Parrish (Robin Williams) pasó 26 años antes de ser liberado por Judy y Peter en la película original. Aquí es donde la película se divierte, dándole a los personajes la apariencia y habilidades de los avatares que escogieron al iniciar el juego. El gentil Spencer es ahora un musculoso e intrépido explorador (Dwayne Johnson); el deportista Fridge es ahora un pequeño (literalmente) zoólogo (Kevin Hart); la chica popular Bethany se convierte en un profesor y cartógrafo con unas cuantas libras demás (Jack Black); mientras que la poco atlética Martha deberá jugar como una guerrera del amazonas (Karen Gillan).  

Uno de los más grandes cambios que trae esta continuación se convierte en su mayor acierto, pues le otorga a actores usualmente encasillados en el mismo tipo de rol la oportunidad de abandonar su zona de confort y divertirse mientras lo hacen. Aunque continúa siendo el centro de atención, Dwayne Johnson es convincente como el flacucho y miedoso atrapado en el enorme cuerpo de un genuino y audaz aventurero. Como la chica plástica y narcisista que nunca ha pasado un solo día en la naturaleza y alejada de la tecnología, Jack Black se divierte más que ninguno otro, pero evita caer en la payasería que lo suele caracterizar y la caricatura para la que una interpretación así se presta fácilmente.

Fanáticos de la comedia de Kevin Hart obtendrán exactamente lo que vinieron a buscar, si eso incluye chistes sobre su estatura y desventaja en contraste con los demás. Además, seguidores de la escocesa Karen Gillan (Doctor Who, Guardians of the Galaxy) encontrarán refrescante ver a la actriz jugando con comedia luego de haber dado el salto a Hollywood con roles más serios. Aunque carece de la complejidad de roles como Nebula y sus “daddy issues” en GOTG o Kaylie Russell de Oculus, Martha es memorable por su propios méritos, pues combina las destrezas de Gillan para la comedia -anteriormente presentes en las series Selfie y Doctor Who- con su encantador físico y personalidad.

El elemento videojuego es más que un “gimmick” en Jumanji: Welcome to the Jungle, pues integra en la historia y el humor algunos de los aspectos más comunes de un juego de video noventoso. Entre ellos, los personajes no jugadores, quienes están ahí para proveer información durante la partida, pero nada más allá de eso. La cantidad limitada de “vidas”, al igual que las habilidades y debilidades de los diferentes personajes también se prestan para momentos memorables, sin ser sobre-utilizados como herramienta de humor. Pero así como el filme utiliza los elementos más frustrantes de un videojuego a su favor, algunos causan heridas reales, notablemente en el villano genérico, interpretado por Bobby Cannavale con el entusiasmo de un gato durante un inesperado baño.

Jumanji: Welcome to the Jungle también ofrece acción, pero nunca tan emocionante como ver a estos actores divertirse en roles con los que momentáneamente, realmente fueron otras personas. Tampoco será un clásico dentro de 20 años, ni el filme más celebrado de los veteranos Dwayne Johnson o Jack Black. Lo que no se le puede quitar a Jumanji: Welcome to the Jungle es que como filme que promueve el auto-descubrimiento, se aplica el mensaje y se encuentra a sí misma. El resultado es una divertida propuesta que respeta a la original y adapta las reglas del juego para una audiencia moderna, pero celosa de sus tesoros del pasado.

Crítica de Jumanji: Welcome to the Jungle
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