Poco después de que se anunciara que The Dark Tower, la serie literaria de Stephen King, finalmente llegaría al cine, medios confirmaron que la película sería una especie de secuela y reestructuración del primer libro, “Gunslinger”. Sí, ambas en una. Si esto suena un poco confuso, es porque lo es. Pero los fanáticos de la serie y del cine no deben preocuparse, o al menos no por tratar de descifrar esto. Seguidores de la serie literaria de King y de sus otras adaptaciones tendrán un problema más grande en sus manos. The Dark Tower, filme dirigido por Nikolaj Arcel (A Royal Affair), es mares y océanos más incomprensible que la idea en que se estableció este proyecto; el más reciente intento fallido de iniciar una nueva franquicia cinematográfica. Si esto fuera poco, es un filme que desatiende por completo a quienes no están familiarizados con los ocho libros que han intentado condensar en una sola película.

Cuando The Dark Tower arranca y los créditos iniciales han desvanecido, el pistolero Roland Deschain (Idris Elba( ha estado en una eterna batalla contra Walter O’Dim (Matthew McConaughey), mejor conocido como el Hombre de Negro. Para los fanáticos del autor, Walter sería el equivalente a Randall Flagg, personaje recurrente en el trabajo de King. Walter, por razones que nunca son exploradas, busca destruir La Torre, elemento que mantiene una especie de balance entre los diferentes universos. Es el típico enfrentamiento entre el bien y el mal. En otra palabras, es el cine en una de sus formas más básicas, cuando explorado de manera superficial, por supuesto. A juzgar por ambiciosa fuente en que está basada la película, el filme es un completo desvío de un acercamiento mucho más profundo al que queda plasmado en pantalla. Quienes se hayan devorado la serie lamentarán The Dark Tower ni tan siquiera comienza a raspar la superficie de un enfrentamiento que se extiende a través de casi una decena de libros.

Aunque el guion de Akiva Goldsman y Jeff Pinker no lo establece, se sobreentiende que el trabajo de los Pistoleros es proteger la Torre. Si La Torre es destruida, entes malignos podrían entrar fácilmente a la Tierra, y eso es todo lo que el guión estima necesario para entender la acción. Al mismo tiempo, el adolescente neoyorquino Jake Chambers interpreta sueños en que se le presentan ambos el Pistolero y el Hombre de Negro. Este último, un elemento añadido por los guionistas en su intento de concentrar ocho libros en 95 páginas de guión cinematográfico. El resultado es The Dark Tower for Dummies; la versión diluida de lo que muchos consideran es la obra maestra de King.

Eventualmente, en una secuencia facilitada por un guión que constantemente opta por el camino más fácil, Jake (Tom Taylor) cruza al universo en que estos dos hombres se han enfrentado hasta el cansancio. Esto, lo sabemos no porque se nos haya mostrado, sino porque se nos ha dicho, empleando uno de los recursos más sobre utilizados y criticados del cine. El guion de The Dark Tower está cundido de sobreexposición en sus diálogos. “¿Le contaste lo que le pasa a todo el que camina a tu lado?”, le cuestiona Walter a Roland en un intento de otorgarle profundidad a esta rivalidad. En un raro “flashback”, descubrimos que Roland tiene motivaciones más allá de ser un protector de La Torre para encontrar a Walter. Este y otro pedazo de información sobre el pasado de Jake son el único desarrollo que se le otorga a dos de tres personajes principales que la película explora en un hora y media.

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