Una de las trilogías más emocionantes y revolucionarias de los últimos años llega a su final con War for the Planet of the Apes, filme que logra una impresionante y nunca antes vista fusión entre actuación y efectos visuales computarizados. Es el completo matrimonio entre el cine y la captura de movimiento que hemos visto evolucionar a lo largo tres películas. Lo que el actor Andy Serkis inició con su interpretación de Gollum en The Lord of the Rings, finalmente perfecciona en una sensacional conclusión que inspirará comparaciones con la precisa ejecución de Peter Jackson en The Return of the King. Con War, continuación de la sorprendente Rise y su superior secuela, Dawn, el director Matt Reeves sitúa, justo en medio de un filme de guerra, la historia de simios que toman control del planeta Tierra. El resultando es la propuesta cinematográfica más completa del verano y la más emotiva en lo que va de año 2017.

War for the Planet of the Apes arranca con una electrizante secuencia en que soldados, adornados con apodos como “matasimios” y “especie en peligro de extinción”, invaden -bajo las órdenes del Coronel (Woody Harrelson)- la guarida de una comunidad de simios que montan a caballo y sostienen armas. Desde el arranque, queda claro que Reeves se ha inspirado en clásicos como Apocalypse Now y Full Metal Jacket. Dos años después de los eventos de la segunda película y diez años después de que los simios cruzaran el Puente Golden Gate en San Francisco, poco los distingue del “homo erectus” y los propios humanos. Una década después de que un virus eliminara casi por completo a la humanidad, el líder Caesar no es el único mono parlanchín de la comunidad, pero sigue siendo el líder indiscutible.

El enfrentamiento aventaja a los simios sobre los seres humanos, raza que ha quedado casi eliminada a causa del devastador “simian flu”, producto de la misma experimentación con simios que exploró el primer capítulo de esta trilogía. Pero si aquel primer episodio se inclinó más hacia el campo de la medicina y los efectos de la experimentación en monos para beneficio de los seres humanos, War for the Planet of the Apes alude al cine de guerra y concluye la historia de uno de los más memorables héroes contemporáneos. Cada enfrentamiento entre simios y humanos, simios y simios y hasta humanos versus humanos, ha sido pura preparación para lo inevitable: la extinción de la raza humana y la repoblación del planeta por parte de los simios. Lo que sigue lo hemos visto en diferentes ocasiones; una en el 1968 y otra vez en el 2001. Sin embargo, para el estudio y cineastas detrás de estas nuevas versiones, es la historia del levantamiento que ocurrió antes -hasta el 2o11 inexplorado- la más fascinante de todas.

Fascinante, ciertamente. War for the Planet of the Apes es una rareza; un diamante pulido en medio de basura desechable de verano. Es la evidencia de que el blockbuster inteligente no está muerto y una muestra de las maravillas que se pueden lograr con el CGI cuando se usa para complementar en lugar de entumecer a la audiencia. A esto se hace referencia cuando se habla de la magia del cine; de hacernos preguntar ¿cómo exactamente lograron lo que se ve en pantalla?

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