Actualmente hay mucha competencia dentro del género de mundos distópicos. Desde su premier en el 2012 The Hunger Games ha dominado esta categoría, sobrepasando a toda su competencia cuando trata de calidad y tamaño de la fanaticada. Por más que intentaran, las demás películas simplemente se quedaban cortas, hasta ahora. Maze Runner: The Scorch Trials muy bien pudiera tomar el trono después del fin de la era del Mockingjay, con una historia innovadora y cautivante. Luego de su escape del laberinto en Maze Runner, Thomas y los demás “gladers” se enfrentan a su mayor reto: descubrir el plan de verdad detrás de las acciones de la organización conocida como WCKD.

Tomando lugar en un escenario completamente nuevo y distinto al de la primera película, Scorch Trials nos presenta el mundo más allá del laberinto, con todos sus retos y peligros. Los paisajes desérticos y ciudades destrozadas nos pintan la imagen de un mundo derrotado, pero lleno de una humanidad que se niega a sucumbir ante la catástrofe. Ni las tormentas solares que quemaron al planeta, ni la plaga estilo zombie que le siguió, han podido matar la esperanza de los distintos bandos que buscan imponer su solución a los retos que los acechan. Thomas y los Gladers se encuentran en el medio de esta lucha, corriendo un laberinto diferente al de la primera, pero igualmente confuso y peligroso. Deben escoger con quién aliarse y las decisiones que ellos tomen pueden determinar si la especie humana sobrevive o sucumbe al avance del flare, un virus que convierte a las personas en bestias asesinas.

La película elabora mucho sobre la historia de nuestro protagonista Thomas, interpretado por Dylan O’Brien. El actor presenta un personaje que está batallando consigo mismo tan intensamente como con sus enemigos para tratar de entender los recuerdos que poco a poco empieza a recibir, ya que su memoria fue borrada al entrar en el laberinto de la primera película. Su lucha interna se vuelve como un rompecabezas en el que está buscando unir todas las piezas que tiene para comprender su pasado que te enreda y confunde, pero en fin vale la pena.

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En contraste, el personaje de Teresa, interpretado por Kaya Scolderaio, que ya de por sí era bastante sosa en la primera película se mantiene unidimensional, superficial y francamente aburrida. Estuve contando los segundos para que se acabaran sus líneas cada vez que aparecía en pantalla. Para compensar por la falta de carácter de Teresa, entran varios personajes nuevos a la historia. Los más notables de estos son Brenda (Rosa Salazar), Jorge (Giancarlo Esposito de Breaking Bad) y Janson (Aiden Gillen de Game of Thrones). Cada uno ofrece una personalidad dinámica y genuina que reflejan las distintas maneras que las personas sobreviven en una crisis. Algunos hacen todo lo necesario por solucionarla, otros necesitan ser cuidados y algunos se dedican a proteger a los demás para mantener un sentido de propósito en la vida.

Ofreciendo acción, suspenso, terror y esperanza, Maze Runner: The Scorch Trials es una continuación ideal para su antecesora y te deja ansioso para ver la próxima película en la serie.  La historia sirve como muestra de que a veces cuando sales del laberinto encuentras más preguntas que respuestas y descubres que apenas estas comenzando a entender el enigma. 

Young Critic: Maze Runner: The Scorch Trials
3.5Overall Score
Actuación
Cinematografía
Guión
Dirección
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