“Diario, Mujer y Café” es una carta de amor a la amistad, al amor propio y a la belleza de Puerto Rico. Escrita, producida y dirigida por la talentosa Roselyn Sánchez, esta cinta marca un debut prometedor en su faceta como directora, dejando claro que su mirada cinematográfica tiene mucho que aportar.
La historia sigue a “las Tikis”, cuatro amigas de toda la vida que, aunque no se ven ni se hablan todos los días, siempre están presentes en la vida de la otra. Desde su presentación, es fácil identificar la personalidad de cada una, lo cual resulta fascinante. La aventura arranca cuando Fabiola, interpretada por Angélica Vale, decide documentar unas vacaciones para su podcast “Diario, Mujer y Café”, reuniéndose con sus inseparables Bianca, Ana María y Sol.
Uno de los aspectos más fascinantes de la cinta es que, mientras conoces a las Tikis y crees identificarte con una de ellas, de repente descubres rasgos en otra que también te representan. El guion de Roselyn Sánchez juega hábilmente con esta idea, logrando que en lugar de decir “yo soy Bianca”, comprendas que ser mujer va mucho más allá y que, en cada una de nosotras, siempre habrá algo de todas.
Es imposible escoger una actuación favorita, pero vale la pena resaltar a Angelique “La Burbu” con su personaje de Bianca. Ella encarna a esa amiga —o ese lado de nosotros mismos— que grita la verdad sin filtros. A veces no de la manera más delicada, pero siempre con la intención genuina de proteger a quienes quiere.
Por su parte, Karla Monroig brilla como Ana María, la esposa de un casi gobernador interpretado por Francis Rosa. Aunque a primera vista pueda parecer un personaje frágil, Ana María es en realidad una mujer poderosa que atraviesa situaciones difíciles y prefiere esconderse, engañandose a sí misma. Pero para eso están sus amigas: para ayudarla a enfrentar la verdad. Karla ofrece un desarrollo de personaje impecable, coronado con una frase que golpea directo al corazón: “Él no me apagó, fui yo quien lo permitió”, una línea que actúa como un bofetón de realidad y te obliga a mirarte de frente.
Sol, interpretada por Marisé Álvarez, representa la importancia de escucharse a una misma y seguir la intuición. Como su nombre lo indica, es un sol que brilla con luz propia; sin embargo, detrás de su sonrisa constante también carga con retos personales, especialmente en la relación con su hijo. Por último, Fabiola, interpretada por Angélica Vale, verbaliza un sentir universal: el vértigo tras una ruptura, el tiempo de estar sola y la sorpresa de que alguien llegue y te recuerde que sigues siendo deseable. Su mirada añade matices sobre el deseo y autoestima. Como las demás, deja frases poderosas que, sin importar tu cultura, te atravesarán en algún punto.
Por otro lado, Roselyn Sánchez asume un triple rol en este proyecto como productora, guionista y directora. Su misión fue clara: llevar a la pantalla grande lo maravilloso y, a la vez, lo complejo que es ser mujer, junto con la belleza y la magia de Puerto Rico. Vivimos en un lugar donde otros vienen de vacaciones y, a veces, olvidamos su valor; pero Roselyn se encargó de recordárnoslo con cada imagen y cada detalle de la película.
Así es Diario, Mujer y Café: una auténtica “feel good movie”, un abrazo al alma que te recuerda el valor de la amistad y la importancia de amarnos a nosotras mismas por encima de todo, sin hacer daño. El debut de Roselyn Sánchez como directora resulta fascinante y deja claro que su carrera detrás de cámaras apenas comienza. Y, como dice Fabiola en su podcast: “Si tienes la bendición de tener buenas amigas, te felicito; si no, sal a buscarlas”. Diario, Mujer y Café estrena el 14 de agosto en todos los cines de Puerto Rico.

