Advertencia: La siguiente nota contiene spoilers.

No se puede negar el éxito del que ha disfrutado Bird Box, la nueva película original de Netflix, principal plataforma de “streaming” del mundo.

Sin la ayuda de una considerable inversión, la compañía ha logrado, nuevamente, disfrazar una de sus películas en un tipo de evento imperdible. Es una estrategia que ha probado ser exitosa en el pasado, siendo el estreno repentino de The Cloverfield Paradox y la reciente campaña de Roma ejemplos claros de esto. Por supuesto, el diluvio de “memes” que la nueva cinta de la actriz Sandra Bullock ha inspirado -bien o malintencionados- le ha caído como anillo al dedo a esta propuesta que deja mucho que desear…al menos en aquellas audiencias un poquito más exigentes.

La película, protagonizada por Sandra Bullock, cuenta un relato post apocalíptico en el que sus personajes, al igual que en la cinta A Quiet Place (a la cual es repetidamente comparada), ven limitado un sentido o necesidad básica. Mientras que la cinta de terror de John Krasinski y Emily Blunt requería que sus personajes estuvieran en completo silencio todo el tiempo, Bird Box obliga a sus protagonistas a obstruir su visión en medio de un confuso evento apocalíptico. Lo único claro como el agua para este grupo de personajes es que algo -un misterio durante toda la película- te impulsa al suicidio una vez tiene contacto visual con ello.

La premisa ha inspirado decenas de teorías, desde el miedo de convertirse en madre o padre hasta los daños que causan las redes sociales. Cada una de ellas, sostenidas con evidencia presentada en la misma película. No obstante, lo que cada una de estas teorías fallan en señalar es que el verdadero monstruo o villano de Bird Box es su propio guion, uno lleno de inconsistencias, personajes innecesarios y una inevitable necesidad de forzar algún tipo de reacción sentimental de la audiencia, por mencionar algunos.

La película no se ha amparado de críticas, con algunos sugiriendo que está plagada de errores, mientras que otros señalan a Sandra Bullock como lo único redimible en casi dos horas de película. Con ambos señalamientos podemos estar de acuerdo, por lo que a continuación, intentamos sostener lo que declara el título de esta nota.

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Personaje principal inconsistente y contradictorio

Sandra Bullock es una respetable actriz atrapada en una historia por debajo de su calibre. Los momentos más memorables de Bird Box vienen cortesía de una creíble actuación de la veterana actriz y ganadora del Oscar. El problema es que en papel, el personaje de Malorie es increíblemente inconsistente. En el primer acto de la película, Malorie luce indiferente ante la muerte de su hermana, interpretada por Sarah Paulson, para llorar la muerte de un completo extraño un poco más tarde. Minutos antes, cuando aún reina la paz, Malorie descarta reportes sobre una epidemia de suicidios en masa en otro país, a diferente de su hermana, quien luce realmente preocupada. Minutos más tarde, es Malorie quien reconoce las primeras señales de que la epidemia ha llegado a los Estados Unidos y reacciona con histeria. Toda posibilidad de desarrollo se esfuma cuando el guion decide saltar cinco años al futuro, evitando tener que afrontar la complejidad de la maternidad en un estado de aislamiento forzado y miedo constante. Para una profunda exploración de estos temas, véase la excelente Room (2015).

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Piensa que la audiencia no entiende

Bird Box piensa que su audiencia es incapaz de identificar pistas y descifrar lo que está pasando sin la necesidad de que un personaje tenga que decirlo en una secuencia de sobre-exposición. Esta es una de las razones principales por la que A Quiet Place es considerada hoy una de las mejores películas del 2018. Con visuales, en lugar de diálogos, la cinta de John Krasinski brinda la información que la audiencia necesita sobre los eventos previos a la historia que se desarrolla frente a nosotros. Bird Box, por su parte, siente la necesidad de explicar cada una de sus libertades creativas, despojándolas inmediatamente de esta cualidad. El título de la película hace alusión directa a una caja que Malorie (Bullock) lleva con ella en un peligroso viaje con sus dos niños, llamados simplemente Boy y Girl por razones que re-visitaremos luego. En la caja Malorie lleva tres pájaros por razones que una simple secuencia en un flashback habría sido suficiente para entender. Sin embargo, la película aún decide que es necesario explicar en otro innecesario momento de sobreexposición, pero este no es el último.

Con el desarrollo de la historia vamos entendiendo quienes son los dos niños que andan con ella, al igual que las razones por las que llevan por nombre Boy y Girl y se refieren a ella como Malorie en lugar de “mamá”. La razón es simple y queda evidente con solo analizar las circunstancias. Ambos niños nacieron en este mundo diferente. Un mundo despojado de esperanza, metas y sueños, y por consiguiente, de identidad. El acercamiento frío por parte de su  madre es una manera de protegerlos de cualquier atadura que pueda crear algún tipo de fragilidad en ellos. La explicación está en nuestras narices, pero aún así, la película se toma el tiempo de explicarlo en medio de una discusión entre Malorie y Tom (Trevante Rhodes de Moonlight y The Predator). Es una ofensa a una audiencia a este mismo año acogió una narrativa audiovisual innovadora en A Quiet Place.

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