Paul Blart: Mall Cop (2009) es una de esas comedias con humor liviano que usualmente produce el estudio Happy Madison, por lo que esperar algo diferente de su secuela nunca me pasó por la mente. Partiendo de ahí, “Paul Blart: Mall Cop 2” es exactamente lo que te vende la publicidad, pero mucho más ofensivo. Tengo muy claro que declarar que algo es ofensivo es tan problemático como subjetivo, pero para esta secuela estoy seguro de que se puede hacer una excepción, y si no estás convencido después de esta crítica o “rant”, te invito a ver la película.

Seis años después de haberse convertido en héroe durante aquel Viernes Negro, Paul Blart (Kevin James) es invitado a una convención de guardias de seguridad en Las Vegas, donde, por supuesto, el deber lo llama una vez más. Esta vez, también tendrá que lidiar con uno de los momentos más difíciles en la vida de un padre o una madre: Separarse de sus hijos cuando entran a la universidad.

No te emociones. “Mall Cop” 2 explora la relación entre padre e hija con la profundidad y seriedad que Michael Bay explora los traseros de sus actrices. Blart no está en Las Vegas para lidiar con problemas reales, sino para intentar detener a los villanos más tontos del universo en su intento de robar las obras de arte que decoran las paredes del hotel Wynn, quienes de paso capturan a su hija por eso de darle más tiempo a Raini Rodríguez y David Henrie, una pareja de actores cuya presencia en el filme sólo tiene un propósito: atraer a la audiencia de Disney Channel. Después de todo, se trata de una película familiar que tiene más en común con “Get a Clue” que con “Home Alone”.

Esa es exactamente la audiencia que podrá sacarle provecho al humor sano que ofrece la película, la cual, a diferencia de la primera, se siente más dirigida hacia niños. Los adultos, por su parte, tendrán que conformarse con brotes de humor ofensivo que mayormente se basa en avergonzar al protagonista por su gordura y torpeza, la cual irónicamente es causada por su sobrepeso. “It’s funny cause he’s fat”, dice esa frase célebre que cada vez adquiere más relevancia en el cine.

La película no sólo se burla de su protagonista constantemente por estar sobre peso. Esta vez, el chiste de mal gusto va más allá de su físico y también involucra profesiones y clases sociales. La película se refiere al resto de los guardias presentes en la convención como los héroes; lo mejor de este honrado oficio. El problema es que una vez los presentan, resulta que son un grupo de personajes aún más torpes y feos que el protagonista, nuestro supuesto héroe. ¿Cómo se sale con la suya una película que constantemente se burla de sus protagonistas? ¿Cuál es el estado de ánimos en un set donde los villanos son hombres castaños de ojos claros y los héroes solo pueden ir a hoteles cuando los invitan? Estas son preguntas, que, aunque se utilicen aquí de manera jocosa, deben ser atendidas.

Tan reciente como esta semana, un grupo de extras nativos americanos abandonaron el set de filmación de otra película de  la compañía Happy Madison por el humor insultante del guión. Tampoco es la primera vez que una de la compañía de Adam Sandler es acusada de ser ofensiva, pues películas como “Grown Ups”, “Jack and Jill” y “That’s My Boy” se han salido con la suya aún cuando la crítica ha señalado su humor de mal gusto.

Esta película es, además, un anuncio de 94 minutos del Hotel Wynn en Las Vegas. Escenas enteras son dedicadas a las amenidades del lujoso hotel donde se lleva a cabo la convención. De hecho, el propio dueño del hotel tiene sus cinco segundos de fama en la película, en la que su hotel de cinco estrellas queda como el “spot” perfecto para un atraco. Se trata de un emplazamiento publicitario que al final podría ser más dañino que beneficioso para la marca.

Si puedes sentarte a comer popcorn y durante hora y media obviar el humor ofensivo que la caracteriza, tienes un verdadero don y probablemente podrás disfrutar de esta letárgica e indignante secuela.