La octogésima novena edición de los premios Oscar pasará a la historia como una de las más memorables y discutidas, pero no necesariamente por el resultado final, sino por los minutos antes y después de haberse anunciado el ganador del premio principal.
En una referencia indirecta a la metida de pata del anfitrión Steve Harvey en el certamen de Miss Universe del 2016, los actores Warren Beatty y Faye Dunaway, presentadores del galardón principal, leyeron el nombre equivocado. Por aproximadamente dos minutos, el musical La la Land fue el recipiente del Oscar a la Mejor Película del 2016, pero solo hasta que el productor Jordan Horowitz fue informado del error, aclarando la situación al público y los millones de televidentes que miraban estupefactos desde sus casas mientras presenciaban uno de los momentos más disparatados en la historia de los premios y la televisión.
“Moonlight”, drama del director Barry Jenkins, fue entonces proclamada como la ganadora del gran premio. Horowitz, como buen colega, hizo entrega del premio personalmente, a quienes llamó sus “amigos de Moonlight”, en referencia a la amistas que han entablado ambos equipos de producción durante esta temporada de premiaciones.
Al final, los productores y elenco de “Moonlight” tuvieron la oportunidad de expresarse y leer sus discursos, pero su victoria quedó opacada por el error más grande de la Academia desde que “Crash” fue escogida como la Mejor Película del 2004.
Aunque es sin duda alguna el más insólito de todos, este no es el primer momento vergonzoso en la larga historia de estos premios. Desde victorias inesperadas hasta discursos extravagantes y sobreactuados, repasamos algunos de los momentos más vergonzosos de los prestigiosos Premios Oscar.
En el 1993, la actriz Marisa Tomei fue escogida como la Mejor Actriz de Reparto por su actuación en “My Cousin Vinny”. Su victoria fue recibida como una sorpresa, pues Tomei no había ganado en ninguna de las premiaciones previas a los Oscar. El año siguiente, The Hollywood Reporter aludió a un posible error del presentador Jack Palance, quien aparentemente soltó el primer nombre que vino a su mente cuando no pudo leer el nombre de la ganadora. Tomei, quien se llevó el Oscar a su casa, había sido la última mención de las cinco nominadas en la categoría.
En el 1998, la épica “Titanic” arrasó con los Oscar, finalizando la noche con un total de 11 estatuillas doradas, marca que sostiene hasta el día de hoy junto a “The Lord of the Rings: The Return of the King” y “Ben-Hur”. Uno de esos 11 fue para su director, James Cameron, quien arruinó un decente discurso de aceptación al clamar la frase “soy el rey del mundo”, una de las líneas más famosas del protagonista, Leonardo DiCaprio. Para finalizar, el director de “Avatar” añadió gritos de guerra mientras se alejaba del micrófono y la audiencia reía en un mar de vergüenza ajena.
El 1999 fue un año extraño para los Oscar. El mismo año en que el italiano Roberto Beningni de “La Vita é Bella” saltó por encima de sus colegas tras ser anunciado como el ganador del Oscar al Mejor Actor, la peor de la cinco películas nominadas al premio principal fue escogida como ganadora. Se trata de “Shakespeare In Love”, por la cual la actriz Gwyneth Paltrow recibió el Oscar de Mejor Actriz. La película, que contaba los amoríos de un joven Will Shakespeare, venció a clásicos como “The Thin Red Line” de Terrence Malick, “Saving Private Ryan” de Steven Spielberg y el filme extranjero “La Vita é Bella”. Spielberg, por su parte, fue reconocido como el Mejor Director esa noche, el segundo de su carrera.