No es usual para Marvel estrenar película en diciembre. De hecho, en los 13 años que tiene el Marvel Cinematic Universe (MCU), “Spider-Man: No Way Home” marca la primera vez que la casa productora estrena una película en el mes. Desconozco si esto fue una decisión de Sony o de Marvel, pero si algo me queda claro es que ambas compañías tenían una meta en común: terminar el año con un bang.
“No Way Home” comienza justo donde acabó “Far From Home”, literalmente. Segundos después de que J. Jonah Jameson le haya revelado al mundo entero que Peter Parker es Spider-Man. Como consecuencia de esto, Peter y sus amigos tienen que enfrentar nuevos retos, y tienen que acostumbrarse a vivir una vida en el ojo público. Esto hasta que Peter se cansa y decide visitar al Hechicero Supremo, Doctor Strange, y le pide a este que haga un hechizo para que todo el mundo olvide que él es Spider-Man.
Contar más sería spoilers, pero lo que sí les puedo decir es que los fans de Marvel, y especialmente los fans del arácnido saldrán de la sala muy complacidos. La cinta es una carta de amor hacia el personaje que originalmente hizo popular las películas de superhéroes (con “Spider-Man” en el 2002), y por supuesto, hacia los villanos de la franquicia. Indudablemente, uno de los highlights de la cinta es el regreso de Alfred Molina y Willem Dafoe como Dr. Octopus y Green Goblin respectivamente. Estos dos actores son una fuerza magnética, y cada vez que están su mera presencia exige atención. Dos leyendas en el canon de Spider-Man en el cine, y me alegra que estén de regreso para esta entrega.
“No Way Home” tiene el mismo fallo que los otros dos filmes anteriores a este. Aunque la cinta lleva el nombre de Spider-Man, es difícil no sentir que el personaje no puede sostenerse por cuenta propia. Marvel usa esta películas más para desarrollar lo que está pasando el MCU, que para desarrollar al personaje, aunque esta lo maneja mejor que las anteriores.
Mantendré esta reseña corta por el bien de las personas que estén leyendo sin aún ver la película. “Spider-Man: No Way Home” es mejor espectáculo que película. Vi la cinta en la función de prensa, en una sala no a capacidad, y todos (incluyéndome) estábamos aplaudiendo y gritando con lo que estaba ocurriendo en la pantalla. Y aunque a veces se siente que la cinta se apoya demasiado de los villanos de los filmes anteriores – especialmente en los villanos de los primeros dos filmes de Raimi – , no puedo esperar a volver a verla con una sala llena de fanáticos. No sé qué le depara el futuro al personaje con Sony, pero esta trilogía sirve de muy buena base, y material para adaptar hay de sobra. Solo resta ver qué se le ocurre a Marvel hacer con uno de sus personajes más icónicos.