SAN JUAN, PUERTO RICO – Las películas Kingsman: Servicio secreto (2014) y Kingsman: El círculo de oro (2017) marcaron un nuevo subgénero en el cine, enmarcado en la aventura, acción, thriller y alto valor de entretenimiento. Ahora llega The King’s Man, una precuela que da a conocer el origen de la famosa organización de espionaje británica.
La historia se desarrolla durante la Primera Guerra Mundial, justo cuando el conflicto está en una etapa crítica. Luego de un terrible suceso del pasado, Orlando Oxford (Ralph Fiennes) y su hijo Conrad (Harris Dickinson) comienzan a investigar los sucesos detrás del desarrollo de esta guerra, dándose cuenta de que hay una organización tras este momento. Es ahí cuando deciden tomar cartas en el asunto y comienzan una sociedad secreta con el fin de ayudar a Gran Bretaña de ganar la primera guerra.
Con el apoyo de un puñal de agentes armados y dispuestos a entrar en acción –que incluye a Shola (Djimon Hounsou), Polly (Gemma Arterton), Erik Jan Hanussen (Daniel Brühl), y Capitaine Morton (Matthew Goode), entre otros— Oxford y Conrad liderarán la primera agencia de inteligencia independiente cuyo objetivo será velar por la paz. En este filme, el nuevo grupo hará frente a un sindicato criminal formado por los tiranos y las mentes más malvadas de la historia, entre ellos el carismático y controvertido Rasputín (Rhys Ifans).
En The King’s Man, el vestuario nuevamente es protagonista
Si hay un hilo conductor que conecta la trama de las películas Kingsman, sin duda es la icónica tienda de sastres que es la sede de la famosa organización de espionaje británica. En The King’s Man, la tienda vuelve a tener un rol protagónico. Al igual que en las primeras dos películas, la vestimenta en esta nueva propuesta apoya la narrativa del filme.
La galardonada vestuarista Michele Clapton aprovechó su enfoque creativo para diseñar un vestuario que refleja las características de los personajes, al tiempo que incorpora las disciplinas artesanales de Savile Row y la ropa informal británica, junto con el desafío de adaptar trajes de época para una película basada en la acción. El meticuloso proceso de afinar la estética de la época (The King’s Man se desarrolla justo antes de la Primera Guerra Mundial) dio como resultado una colección de trajes que es respetuosamente retrospectiva, sin sentirse anticuado.
Clapton explicó que “el vestuario es realmente importante porque marca el tono de la película. Oxford (Ralph Fiennes) es muy tradicional y, por lo tanto, es representativo de la época. Sin embargo, su hijo Conrad (Harris Dickinson) es el elemento juvenil, un poco más atrevido y moderno. Eso dicho, sus trajes están hechos por un sastre moderno”.
A lo largo de su proceso, Clapton consultó cuanto recurso tuvo a su alcance, incluyendo fotos históricas, los diseños originales y récords de sastres de aquella época, profesores historiadores y otros. Armada con este conocimiento, Clapton y su equipo crearon piezas acertadas para el elenco.
Al fin y al cabo, Clapton dice que su objetivo era hacer que los Kingsmen “se vieran elegantes y se sintieran espectaculares” con su atuendo.
The King’s Man: El origen
The King’s Man viene precedido por el éxito de las dos anteriores entregas de la franquicia, basadas en los cómics The Secret Service de Mark Millar y Dave Gibbons. La primera, titulada Kingsman: The Secret Service (2014), recaudó $414 millones en todo el mundo, mientras que la segunda, Kingsman: The Golden Circle (2017), prácticamente igualó la cifra al conseguir sobre $410 millones. En esta precuela repite al frente del proyecto el que ha sido desde sus orígenes el director y guionista de la saga, Matthew Vaughn.
El director compartió cuál había sido la semilla para esta precuela, una trama que cuenta con ingredientes que prometen mantener al espectador clavado en la butaca durante sus más de dos horas de metraje. “Cuando era niño, películas como Lawrence de Arabia (1962) llenaban la pantalla y eran épicas, pero no aburridas. Y pensaba en que quería devolver eso al género. De pequeño vi The Man Who Would be King (1975) y me encantó; la volví a ver otra vez de grande y pensé, ‘Quiero hacer El hombre que pudo ser Kingsman’”, dijo Vaughn.
Gran parte de la película se rodó en Turín, Italia, cuyos palacios tuvieron que convertirse en Rusia, Sarajevo o Londres; apreciarlo en la pantalla grande es pura recreación visual. El resultado es un filme lleno de aventuras con giros inesperados y una gran apuesta de Matthew Vaughn por un modelo de acción divertida y fascinante.
La película estrena en Puerto Rico el miércoles, 29 de diciembre, solo en cines.