Crítica de A Quiet Place: terror en silencio

La selección natural es cruel. Esta película es sobre la selección natural. Es una película cruel. También trata sobre la resistencia humana y su habilidad para adaptarse a las peores situaciones. Pero igualmente nos habla sobre la conexión entre almas más allá del lenguaje hablado, el amor entre un matrimonio, y entre madre y padre e hijos y lidiar con tragedias. Finalmente, A Quiet Place demuestra que todavía hay formas nuevas de cómo hacerte comer las uñas hasta los nudillos.

El ataque al corazón que no me han dado las combinaciones de comida china por poco me lo da este peliculón.Con su segunda película como director (aparte de tres episodios de The Office), John Krasinski hábilmente construye una crónica que capturó la sala repleta donde la vi de principio a fin, haciéndolo tan bien que contagia su audiencia con la urgencia de mantener silencio desde la primera escena porque, mas que testigos, nos hace sentir parte de lo que está sucediendo. Como si estuvieramos ahi dentro, con ellos; no recuerdo haber visto una película con tanta gente tan callada.

Su primer acierto es lanzarnos al mundo de A Quiet Place sin mucha explicación. Aunque no hayas visto ningún tráiler, inmediatamente sabes que estás en una realidad luego del fin del mundo, donde cualquier sonido es una sentencia de muerte debido a unas letales criaturas imposibles de matar. Esto obliga la familia Abbott, “Lee” (Ktasinski), “Evelyn” (Emily Blunt), “Marcus” (Noah Jupe), “Beau” (Cade Woodward)  y “Regan” (Milicent Simmonds) a comunicarse entre señas, caminar descalzos para hacer el menor ruido posible y vivir sus vidas en silencio absoluto.El concepto básico lo hemos visto antes: monstruos horribles, una cabaña en el medio de la nada, una familia común lidiando con circunstancias mortales. Pero mientras directores menos valientes hubieran buscado la forma de romper la regla, Kransinski se tira de pecho dándonos una película casi muda donde un clavo es más peligroso que una explosión, y una corta conversación es un magnifico triunfo humano.

Una vez establecidas, Krasinski saca provecho de las difíciles circunstancias creando tensión de actividades tan mundanas como pescar, cocinar o comunicarse con una hija con diversidad funcional. En lugar de estrategias baratas con sustos fáciles que hemos visto mil veces o persecuciones banales repletas de efectos especiales, Krasinsiki nos presenta primero los personajes y sus conflictos, pues la primera regla del horror es encariñarnos con ellos para que nos preocupe su seguridad. Esta receta se cocina a fuego lento para que cuando llega el plato principal no puedas apartar tus ojos de la pantalla.La falta de dialogo requiere talento para expresarse a través de lenguaje corporal por lo que la selección de elenco es otro inmenso positivo del filme. Entre señas y miradas los actores de A Quiet Place nos llevan por una plétora de emociones; ternura, desespero hasta angustioso terror, con Blunt especialmente probando nuevamente que es una de las mejores actrices de su generación al no desperdiciar ningún movimiento para ponernos los pelos de punta en los momentos mas tensos.

Amo el horror pero es un género tan propenso a los clichés que cuando ofrecen una forma original de trabajarlo es imposible ignorarla. A Quiet Place es la mejor película de suspenso desde Get Out, me tuvo en el borde de la silla de principio a fin, y por poco me explota la presión sanguínea. ¡Inmensamente recomendada!