Marvel es un ejemplo perfecto de “aprender la lección equivocada”. Mientras el estudio se tomó su tiempo preparando el encuentro de sus personajes en Avengers (que de todos modos fue accidental… google it), el resto de los universos quiere hacerlo inmediatamente. Ya. Para este instante. ¡AHORA!

Ya nadie quiere hacer películas, ahora todos necesitan tener una franquicia o un universo compartido, y han dañado más de una historia por eso (X-Men: Apocalypse, Independence Day: Resurgence, The Amazing Spider-Man 2).

Para ser justo, hasta Marvel Studios cayó en su propia trampa, insistiendo que cada filme tenga alguna referencia a otros personajes o contenga algún adelanto de lo que viene en el futuro. En algunos casos interrumpiendo el ritmo por completo (Ant-Man), en otros teniendo la decencia de dejarlo para las ya famosas escenas después de los créditos (Doctor Strange).

Exceptuando sus primeros y últimos minutos, Wonder Woman ocurre en su propia aventura, libre de cualquier atadura al resto del DCEU. Esto le dio libertad para contar su historia y desarrollar sus personajes sin tener que funcionar como un adelanto del futuro.

El cine moderno necesita desesperadamente esta lección. Hagan una buena película a la vez, después otra, luego otra, y entonces junten todo. Dejen de usar cada filme como un tráiler extendido para algún “evento”.

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