Cinco razones por las que BIRD BOX no funciona

No toma riesgos

Bird Box sabe exactamente lo que su audiencia necesita para ser impresionada: comenzar y terminar con notas altas. La cinta comienza en medio del apocalipsis y termina exactamente donde pudimos haber predicho. En el camino, la película adopta todo posible cliché del subgénero, entre ellos un “villano” que llega a disrumpir el poco sentido de comunidad que existe en la casa que alberga a un grupo de sobrevivientes. En cuanto al problema de la sobre exposición, nos encontramos con un problema de selectividad del guion. No existe intento alguno de explicar qué está provocando esta epidemia de suicidios. La historia tampoco es lo suficientemente íntima o enfocada en personajes como para justificar un descuido en la trama principal; los eventos que dan paso a todo lo que sucede en las próximas dos horas.

En el 2008, el director M. Night Shyamalan hizo el intento de resolver una premisa similar con su propuesta, The Happening, aunque los resultados no fueron necesariamente alentadores. Para una película que insiste en presentar todo digerido, resulta sorprendente la manera en que huye a la exploración del tema de interés principal, aunque sea para presentar piezas y dejar que sea el público quien decida cómo interpretarlas.

Netflix

Demasiados Personajes

En ocasiones, Bird Box se siente como un episodio de The Walking Dead, por su abundancia de personajes en un “setting” similar. La principal diferencia es que la película de Netflix no cuenta con 12 capítulos de una hora, sino solo dos horas para cualquier tipo de desarrollo. Como es de esperarse, terminan sufriendo los personajes secundarios, entre ellos un Machine Gun Kelly y una Rosa Salazar (Alita: Battle Angel) que el guion simplemente descarta cuando ya no son necesarios. Su partida en medio de la historia sin mediar palabra no es otra cosa que el resultado de no saber qué hacer con ellos.

De la misma manera, la película desaprovecha los talentos de actores de calibre como John Malkovich, Jacki Weaver, Tom Hollander y B.D. Wong, demostrando una vez más que un “approach” más contenido en escala y personajes habría sido más efectivo en transmitir el sentimiento de angustia de la protagonista. Esto nos lleva al quinto y último punto.

“Flashbacks”

La retrospección no es nada nuevo ni extraño en el cine. Desde los comienzos del séptimo arte, esta ha sido una de las principales herramientas de narración para escritores y directores. Su implementación, en las manos y en el momento correcto, puede ser efectiva. En Bird Box, el “flashback” representa una salida fácil. Luego de coquetear con ser una película enfocada en la búsqueda de un lugar más seguro, con el “twist” del impedimento visual, Bird Box utiliza la retrospección para contar la historia, en orden cronológico, de cómo llegamos ahí. Como resultado de un guion poco enfocado y que evita sumergirse en los temas que solo aparenta, el pasado nunca es más interesante que el presente, donde una madre y sus dos hijos deben valerse, luego de cinco años de entrenamiento, rodeados de una presencia misteriosa y un destino desconocido. Esta, en papel solamente, suena mil veces más interesante e innovador que el resultado final.

Bird Box está disponible en Netflix desde el 21 de diciembre. Desde entonces, más de 45 millones de cuentas la han visto, haciéndola la película más vista en la plataforma en un período de siete días y un éxito instantáneo.

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