Crítica de SMALLFOOT con Channing Tatum

Desde que tengo memoria, el género de animación ha sido el único que consistentemente entrega los mejores productos, con algunas excepciones (saludos, The Boss Baby).

De hecho, gracias a (o quizás por culpa de) estudios como Pixar y Laika, la barra de calidad ha subido tanto que, cuando surgen filmes como Smallfoot, es imposible evitar referencias o comparaciones…como acabo de hacer. Afortunadamente, Smallfoot cae en el espectro positivo; no solo es encantadora, es una de mis películas favoritas del año hasta el momento, con un mensaje más necesario que nunca.

Basado en el libro del escritor y cineasta Sergio Pablos (creador de Despicable Me), este adorable filme de las nieves presenta la historia de “Migo” (voz de Channing Tatum), un simpático Yeti viviendo en su aldea, alto en las montañas del Himalaya, soñando con el día que continuará el trabajo de su padre Dorgle (voz de Danny DeVito) como el encargado de tocar el gong que despierta “la babosa gigante dorada en el cielo”.

Resulta que los habitantes de este poblado creen ser los únicos del mundo, debido a una densa neblina que rodea su montaña. La única preocupación de todos es seguir las múltiples reglas establecidas en “las piedras”, las cuales son mantenidas por el “Cuidador de Piedras” (Voz de Common), quien funciona como líder y figura patriarcal de la pequeña sociedad.

Cuando Migo accidentalmente se topa con un “Pie pequeño”, como le dicen a los míticos humanos, comienza a cuestionar las tradiciones de su villa, especialmente cuando el “Cuidador de Piedras” se niega a aceptar la evidencia que presenta Migo. El joven hombre de las nieves se une a otros Yeti, Meechee (voz de Zendaya), Gwangi (voz de LeBron James), Kolka (voz de Gina Rodríguez), y Fleem (Ely Henry), quienes secretamente creen en la existencia de los Pie Pequeños, hasta que decide dar el importante paso de investigar por sí mismo para descubrir la verdad.

En su búsqueda, Migo se topa con Percy (Voz de James Corden), el conductor de un programa educativo desesperado por aumentar su audiencia, que decide aprovechar el descubrimiento de los Yeti para convertirse en estrella, aunque sea explotando los temores de la sociedad sobre estas criaturas.

Smallfoot contiene una combinación de varios estilos y filmes; desde canciones que bien pudieron ser parte de Frozen, escenas de humor físico que me recordaron los clásicos “Looney Tunes”, con unas buenas pizcas de la intelectualidad de Pixar (sorry, se los dije). Tarda un poco en comenzar pues los primeros 15 minutos se sienten genéricos pero, una vez Migo hace contacto con los humanos, no dejé de sonreír hasta la emotiva escena final.

Adicional a su carismático elenco de voces, lo mejor de Smallfoot fue su mensaje. El filme invita a cuestionar tradiciones y creencias, a explorar, a estimular la curiosidad y descubrir por uno mismo. A evitar los prejuicios, apreciar la diversidad, y dar el primer paso de conocer culturas distintas, superando viejos miedos.

Al final del día, Smallfoot es una película para niños y, a juzgar por las carcajadas constantes de los que estaban presente cuando la vi, es un inmenso éxito. Divertida, importante y altamente recomendada.