Para poder disfrutarte la nueva fase de Marvel tienes que desaprender todo lo que la franquicia ha construido por años. Tenemos que soltar a los superhéroes que, en su momento, revolucionaron tu química cerebral. Con eso dicho, doy paso a la reseña de una de las películas más esperadas del año, Fantastic Four: First Steps, la cinta que marca el inicio a la Fase 6 de Marvel.
First Steps es, sin duda, un excelente punto de partida para esta nueva era. No pierde tiempo en contarte orígenes conocidos, va directo al grano: la importancia de la familia, la misión de salvar la Tierra y la humanidad. La forma en que introducen a los Cuatro Fantásticos sin recurrir a una historia de origen tradicional le da a la película un arranque con fuerza y propósito. Adicional, me atrevo a decir que esta ha sido una de las mejores representaciones de esta familia en la pantalla grande.
Uno de sus grandes aciertos es que no necesitas ver la ristra completa de películas de Marvel para entenderla. Se sostiene por sí sola. Ambientada en los años 60 y en una estética retrofuturista, la cinta logra construir un mundo visualmente hermoso y narrativamente complejo. Perfecto para crear conversación sobre qué será lo próximo de esta fase y de cómo conectarán este universo con el presente del MCU.
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Ahora bien, siento que estamos en una era en la que optan por humanizar a nuestros héroes, para algunos funciona y para otros no tanto. Pedro Pascal interpreta a Reed Richards, un Mr. Fantastic brillante, aunque constantemente dividido entre su mente racional y su moral. Vanessa Kirby como Sue Storm brilla por mérito propio: más que la Mujer Invisible o la esposa del líder, aquí es una de las figuras más poderosas del universo Marvel, con una presencia que mezcla fuerza y maternidad de forma equilibrada. Johnny Storm (Joseph Quinn) tiene quizás el arco más desarrollado, mostrando carisma, conflicto y evolución. Mientras que, Ebon Moss interpreta a The Thing y parecía un personaje de relleno.
Mi mayor crítica es que no se atrevieron a tomar riesgos. No hay ningún gran elemento sorpresa. Se siente como si jugaran a lo seguro, buscando complacer a la audiencia sin desafiarla. Pero esto no hace que la película sea mala, al contrario; es una manera de asegurarse que la audiencia salga muy complacida, en especial en la escena post-crédito. Y ni hablar de la cinematografía, nos narran esta historia con un espectáculo visual incluyendo escenas en la que silver surfer literalmente surfea en la galaxia.
Por otro lado, Silver Surfer, interpretada por Julia Garner, estuvo genial. Sin embargo, siento que en su intento por mostrar a una mujer fuerte, Marvel cae en la fórmula de vincular esa fortaleza exclusivamente con la maternidad. En lugar de explorar su identidad propia, reducen su complejidad al rol de madre, como si esa fuera la única vía válida para conectar emocionalmente con el público. Esto no solo limita al personaje, sino que debilita el mensaje de empoderamiento que intenta transmitir.
Fantastic Four: First Steps no es una revolución, pero sí una declaración de intenciones. Marvel no está intentando reinventarse de golpe, sino reacomodarse emocionalmente. La película es una jugada segura, sí, pero también un recordatorio de que el corazón puede tener más peso que los efectos especiales o los multiversos. Si esta es la nueva dirección, tal vez el futuro del MCU no dependa de sorprendernos, sino de volver a conectarnos. Fantastic Four: First steps estrena este 24 de julio en cines.


