“Ser único muchas veces se siente solitario, pero ser único no significa estar solo.” Con esta frase tan poderosa, me atrevo a decir que Elio tiene uno de los mensajes más hermosos y necesarios de todo el repertorio de Pixar. Es una película que abraza la diferencia, valida las emociones y nos recuerda lo importante que es sentirnos vistos y comprendidos.
Pixar nos entrega una animación que, sin duda, nos llega directo al alma. Esta película nos cuenta la historia de un niño apasionado por el universo y la vida alienígena. Pero, como suele pasar en este mundo, lo diferente casi siempre es mal visto. Vemos cómo Elio sufre de bullying y soledad porque siente que nadie lo comprende. A medida que avanza la película, vamos conociendo su historia más a fondo y entendiendo por qué es cómo es. ¿Cuántos “Elio” han pasado por nuestras vidas, donde, sin conocer su historia, tuvimos la osadía de juzgarlos?
Siempre me ha encantado cómo Pixar logra desarrollar mensajes tan poderosos en lo que, como decimos nosotros, es “una película de muñequitos”. Más allá de lo ya mencionado, Elio nos enfrenta a diferentes lecciones que tocan el corazón: la importancia de una amistad genuina, que una mentira —por más buena que sea la intención— siempre termina saliendo mal, que las cosas no siempre son lo que parecen y que lo distinto no siempre es malo.
Si hablamos de la producción, definitivamente es un acierto total. La animación, los colores y la música son exactamente lo que esperamos del estudio: mágicos, envolventes y llenos de vida. El personaje de Elio es una mezcla hermosa de ternura y pasión. Para los más grandes, es fácil ver en él a tu hijo, tu sobrino o incluso a tu niño interior. Para los más pequeños, es un personaje que representa lo que quizás ellos mismos sienten, confirmando que no están solos en el mundo.
Pero quienes me conocen saben que siempre me gusta prestar atención no solo al personaje principal, sino también a los que lo rodean. Y tengo que mencionar a su tía Olga. Mientras los niños se identifican y disfrutan de Elio, nosotros, los adultos, podemos vernos reflejados en ella. Una mujer grandiosa con un sueño que tuvo que poner en pausa indefinidamente porque el universo tenía otros planes: criar a un niño. Aun así, nunca se arrepiente de haber tomado la decisión más maravillosa: amar y estar para quien más la necesitaba.
Debo concluir que, aunque es una película infantil, creo que todos deberíamos verla y enfrentarnos a ciertas realidades. Puedo confirmar que Pixar, una vez más, lo vuelve a lograr. Solo deseo que tanto ellos como otros estudios sigan apostando por llevar estos mensajes a la pantalla grande, para así abrir conversaciones tan necesarias en estos tiempos, donde las diferencias muchas veces nos separan, es importante darnos una pausa y mirar el mundo desde otra perspectiva. Elio te regala justamente eso. Así que no te pierdas esta película ya disponible en la pantalla grande.
¡Nos vemos en el cine!