Es triste ver cuando una franquicia tan icónica como esta pierde su enfoque. La nueva entrega de Columbia Pictures, Ghostbusters: Frozen Empire, depende demasiado de la nostalgia que pudiese ofrecer el regreso de los actores de las cintas originales, algunos fantasmas reconocidos y una comedia ligera que pretende reemplazar un verdadero propósito narrativo.

Este proyecto de fantasía familiar comienza de una manera interesante al proponer la llegada de uno de los villanos más poderosos e importantes en la serie. Incluso, para mi el suspenso creado alrededor de este personaje era lo suficientemente intrigante como para ignorar varios momentos blandos que componen una gran parte del segundo acto de la película. En los mismos se destacan muchas conversaciones bien intencionadas que sólo hubiesen funcionado si los problemas discutidos por varios de los personajes no fuesen tan triviales. 

De igual forma, el problema principal en la trama, que involucra la amenaza de que una gran cantidad de fantasmas escapen de su prisión, es demasiado simple y obviamente escogido para concentrar la mayoría de la película en una sóla localización. Algo que podrá funcionar para algunos proyectos pero para una historia de acción y aventura como esta hace que sea aburrido.

Debido a todo esto, estaba esperando al menos una batalla final impresionante llena de un festín de efectos especiales y momentos icónicos. No me debí sorprender cuando vi a los personajes encontrar soluciones repentinas en el último momento y enfrentar consecuencias superficiales. Al menos cumplieron con unos efectos decentes.

Garraka, villano de “Ghostbusters: Frozen Empire” (suministrada)

  El regreso de Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Annie Potts carga poco peso en lo que corresponde al panorama narrativo y son meramente utilizados para apelar al lado nostálgico de las audiencias. Todos ellos tienen varias escenas cómicas pero sólo las habilidades relevantes de los personajes de Aykroyd y Hudson son consideradas.

Paul Rudd, Carrie Coon, Finn Wolfhard y McKenna Grace hacen muy buen trabajo como la familia Spangler. El carisma natural de estos actores es probablemente lo mejor de esta cinta pero ni todo su talento no puede salvar esta historia.

Bill Murray como Peter Venkman y Paul Rudd como Gary Grooberson en “Ghostbusters: Frozen Empire” (suministrada)

Aún así, nada de esto significa que la franquicia de Ghostbusters ha perdido su identidad. Si para la próxima entrega se escoge otro equipo creativo pueden regresar esta joya del cine a sus raíces y darle a sus fanáticos algo que tenga verdadera substancia.

Ghostbusters: Frozen Empire ya está disponible en cines.