La historia que inspiró la novela “Moby Dick” llega a la pantalla grande en “In the Heart of the Sea”, uno de los espectáculos visuales más grandes del año, dirigido por Ron Howard (A Beautiful Mind) como uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera. El director de películas como “Apollo 13” y “Rush” es confrontado con la difícil tarea de mantener un balance entre lo visual y el aspecto humano, lo cual logra con la ayuda de un reparto de veteranos y nuevas caras que cargan la película cuando los visuales dejan de ser el mayor atractivo y la película se convierte en un relato de supervivencia. Aunque el guión de Charles Leavitt comienza a navegar corrientes familiares llegando al tercer acto, las actuaciones de un enorme elenco liderado por Chris Hemsworth logran que la tripulación del Essex se mantenga a flote mucho después de naufragar.
La película, la acual actualmente se exhibe en los cines de Puerto Rico y está basada en el libro de Nathaniel Philbrick, propone que la idea del clásico literario, Moby Dick, tuvo su génesis durante una entrevista que le realizara el reconocido autor Herman Melville (Ben Whishaw) a Tom Nickerson (Brendan Gleeson), el único de los sobrevivientes del naufragio del ballenero Essex que aún está vivo, pero cuyos traumas no le habían permitido discutir la tragedia ni con su esposa. El resto de la historia se desarrolla en el 1820 en altamar, donde la tripulación del Essex fue alegadamente acechada por una ballena gigante que no sólo puso a prueba sus habilidades en el mar, si no que los llevó a tomar decisiones que cambiarían sus vidas para siempre.
Que el hecho de que se trate de una película con visuales atractivos no te engañe, pues si en algo se distingue esta película de otros filmes de esta escala y ambición visual es que cuenta con un guión y actuaciones que están a una altura similar al impresionante trabajo técnico. Chris Hemsworth vuelve a resaltar en un filme de Howard – anteriormente colaboraron en “Rush”-, probando que es uno de esos actores cuyo desempeño varía dependiendo del director que lo controle. Sin embargo, es el diálogo entre Whishaw y Gleeson el mayor acierto de esta película. Esto no debería sorprender a nadie, tomando en cuenta que Whishaw siempre ha logrado destacarse en filmes que no necesariamente se enfocan en él. Gleeson, por su parte, logra transmitir los traumas de lo que tuvo que vivir cuando apenas tenía catorce años, mientras que Whishaw interpreta con honestidad las inseguridades de Melville, autor que siempre vivió en la sombra de Nathaniel Hawthorne.
Del resto de los personajes se conoce lo necesario, tomando en cuenta que en esencia, la película es un relato de supervivencia. Conocemos sus razones para estar ahí y lo que los espera en sus casas, lo que será inspiración para algunas de las atrocidades que estos hombres se ven forzados a realizar para regresar a casa con vida. Pero hasta ahí llega la profundidad de estos personajes, con excepción de Nickerson, personificado cuando joven por el talentoso Tom Holland (The Impossible).
No obstante, cuando se trata de lograr una conexión entre la audiencia y un grupo personajes en medio de una peripecia, el mínimo desarrollo puede ser suficiente, siempre y cuando las características humanas básicas estén presentes. Después de todo, todos tenemos a alguien que nos espera en casa, y muchos, al igual que el Capitán Pollard (Ben Walker), hemos estado en una posición de privilegio. Howard y Leavitt trabajan con las más básicas de las necesidades humanas, magnificadas por un elenco comprometido y visuales dignos de reconocimiento durante la temporada de premios.