El verano de 2016 vino y se fue, y la mayoría de los cinéfilos (al menos yo) se quedaron con las ganas de ver algo realmente bueno. Para esta fecha el año pasado, muchos teníamos nuestro filme favorito del año, y habíamos visto unos cuantos más que terminaron en nuestras respectivas listas. Mientras tanto, actualmente, seguimos buscando esa revelación divina en la gran pantalla. Pues, he aquí, Kubo and the Two Strings.
Kubo and the Two String” es un filme de animación – animado por el famoso estudio Laika – que está a la altura de películas del reconocidísimo estudio Ghibli (si no sabe cual es, favor de hacer una búsqueda en Google). “Kubo” cuenta la historia de un niño que está siendo buscado por su abuelo, el malévolo Moon King, y sus dos tías para arrancarles el otro ojo que le queda (ya el abuelo había logrado arrancarle uno de los dos). Sí, sé que eso no suena muy interesante pero no les quiero dar mucho detalle, para que se disfruten de está película tanto como yo.
Antes que todo, permítanme ponerme de pie, y aplaudirle a los artistas que trabajan en Laika. ¡El arte de esta película es espectacular! Los colores del filme parecían saltar de la pantalla, y la cinematografía del filme me hizo olvidar por casi dos horas que estaba en un sala de cine. El diseño de producción y el de los personajes, y en especial la animación hecha en stop-motion, son merecedores de al menos, una nominación al Oscar; pero conociendo a la Academia, las nominaciones a esas categorías se las darán a películas “live-action” (filme no animado).
El trabajo de voz hecho por el elenco es increíble; dicho elenco está compuesto de actores como Matthew McConaughey, Charlize Theron, Ralph Fiennes, Rooney Mara y Art Parkinson, así que era de esperarse esta genial actuación. Aún así, me parece impresionante el rango de emociones que estos actores evocan solo con su voz. Muchas veces, un filme “live-action” trata de hacer sentir a la audiencia y fallan, pero estos personajes, hechos a computadora, irreales, parece que ni siquiera lo intentan y le arrancan lágrimas y carcajadas a cualquier persona.
Los “highlights” del filme ocurren cuando el mismo se atreve a meterse en la fantasía y la surrealidad que abunda en la cultura japonesa. Ejemplo de esto es cuando Kubo cuenta sus historias y sus figuras de origami toman vida, actuando lo que el niño cuenta. O cuando Kubo comienza a explorar los limites de sus poderes, y crea un velero con hojas. Esto me fascinaba a mí, un joven de 20 años. Me imagino que a los – lamentablemente, pocos – niños que habían en la sala esto les volaba la cabeza.
Es muy triste que la película no esté recibiendo el apoyo que se merece. En su fin de semana de estreno, la película recaudó $12.5 miserables millones – puede parecer mucho, pero en la industria, no lo es. Cada vez son menos los estudios hollywoodenses que se atreven a hacer algo nuevo y diferente, y cuando lo hacen las personas se asustan…o eso parece. Padre que me lee: sé que es más seguro llevar a su hijo a ver una película que tenga la etiqueta de Disney, pero hay veces que hay que arriesgarse. Se sorprenderán de las joyas que pueden llegar a ver si hacen eso.
“Kubo and the Two Strings” es, simplemente, uno de los mejores filmes del año. Al igual que el estudio Ghibli, Leika se atrevió a hacer una película con secuencias realmente aterradoras, y a explorar temas muy profundos para esa edad. No obstante, es una obra que merece ser vista en la pantalla más grande que pueda encontrar (aunque aquí no hay muchas opciones). Es decepcionante que Caribbean ni siquiera trajo la versión 3D del filme – que por lo que he escuchado es buenísima.
Espero algún día poder ver esta obra en una pantalla gigantesca. Espero que algún día se traigan películas diferentes a las salas de nuestro país; y que si las traen les den el respeto que se merecen, y las pongan en las pantallas más grandes de la isla. Mientras tanto, tendremos que conformarnos con las migajas que nos traen.