Las 40 mejores películas de terror del siglo

Hush (2016)

Un thriller con una premisa bastante simple: una mujer sordomuda es asechada por un asesino enmascarado. Sin embargo, el guion de Mike Flanagan y Kate Siegel (quien también protagoniza) y la dirección de Flanagan se encargan de sacarle el mayor partido al conflicto de su heroína con una creatividad admirable (el filme sólo contiene alrededor de 15 minutos de diálogos) y  hacen que las situaciones en pantalla se sientan frescas y ágiles, aun cuando ya las hemos visto anteriormente en otras películas del género. – Marietere Vélez Negrón

 

Insidious (2011)

Luego de su éxito con Saw, el director James Wan tropezó dos veces (Death Sentence, Dead Silence) antes de regresar a la fórmula ganadora con Insidious, filme que re-inventó una técnica sobre utilizada dentro del género conocida como el “jumpscare”. Con el primero de tres capítulos, Wan también nos introdujo a “The Further”, el mundo donde residen los espíritus que aterrorizan a los protagonistas y que ha inspirado un total de cuatro películas. – @orlandoenelcine

It (2017)

Todos recordarán la segunda adaptación de la novela de Stephen King como aquel proyecto que logró lo imposible: superar en cada aspecto a una de las adaptaciones más celebradas entre los seguidores del terror y el trabajo de King. Por supuesto, aquella miniserie de 1990 está muy lejos de ser perfecta, pero una gran actuación de Tim Curry como el payaso Pennywise la había elevado como clásico de culto con el pasar de las décadas. Casi 30 años después, el director Andy Muschietti logra confeccionar un filme que, con un acertado elenco de niños e impecable ejecución, cautivó tanto a la crítica como a la audiencia general. – @orlandoenelcine

It Follows (2014)

Un filme de horror que evoca a la nostalgia del “slasher” y de lo mejor de John Carpenter,  manipulando todos los elementos que vemos en pantalla para crear tensión más allá del “jump scare”.  It Follows ignora los sustos obvios y se enfoca en el tipo de miedo que se queda con el espectador después de haberse acabado la película. Ver a una persona caminando en la calle, al fondo de una escena, jamás fue tan aterrador. – Marietere Vélez Negrón

Let the Right One In (2008)

Una historia de amor entre una niña vampiro y un mortal no necesariamente suena aterrador. Esta adaptación de la novela de John Ajvide Lindqvist está más interesada en explorar la relación entre dos seres humanos que se quieren pero que simplemente no van a poder envejecer juntos. La conexión entre dos almas solitarias es universal y emocionalmente gratificante, pero las escenas sangrientas no decepcionarán a los fanáticos del género. – Marietere Vélez Negrón

Lights Out (2016)

Debajo de una simple película de terror que emplea algunos de los sustos más sobreutilizados del género, vive, en un caso similar al de filmes como The Babadook y Oculus -pero más claro que el agua- una metáfora sobre la depresión que eleva el mejor trabajo del director David F. Sandberg (Annabelle: Creation). Ingeniosamente, la historia utiliza como mecanismo el acto de encender y apagar las luces, acto que desencadena horrores para sus protagonistas; horrores que pacientemente esperan en la oscuridad la llegada de un detonante. – @orlandoenelcine

Mulholland Dr. (2001)

Llamar a Mulholland Drive simplemente un filme de terror es como decir que California es solo Los Ángeles. Es imposible encajonar el trabajo de David Lynch en un solo género, así que no estoy seguro si esto vaya a calificar como horror para muchos (especialmente cuando la mayoría del horror en el filme está en los últimos 30 minutos). De lo que sí estoy seguro es que hay trazos del género en la mayoría del trabajo del director y Mulholland Drive no es la diferencia. Si conocen la filmografía de David Lynch, saben lo extraño que es el trabajo del director. Todos sus filmes (excluyendo The Straight Story) están en el borde del horror, surrealismo, absurdismo, y quizás, hasta comedia (especialmente en Twin Peaks). – @ChristianQiibo

Oculus (2013)

Una de las propuestas más interesantes del 2013 es también una de mis selecciones más controversiales y constantemente cuestionadas. Mientras el público general la catalogó como aburrida, una audiencia un poco más exigente descubrió un filme de terror con características de un thriller psicológico que evita los trucos más baratos del género y destaca la razón por encima de los temas fantásticos sobre espíritus malignos y posesiones. Se trata de una de esas joyas infravaloradas que, con suerte, se convertirá en mejor amiga del tiempo, y con él, vendrá el estatus de clásico de culto. – @orlandoenelcine

Paranormal Activity (2009)

En el 2009, Jason Blum descubrió una pequeña película de $10,000 dólares que le permitía revivir aquella estrategia de publicidad que catapultó a The Blair Witch Project, uno de los primeros filmes de “found footage”. Esta fue la base en la que el exitoso productor fundó su compañía, una que se lucra de filmes de terror de bajo presupuesto. Aunque el tiempo no ha sido amigo de esta película, se considera el filme que reinventó este subgénero del terror. Sin su éxito, películas como The Conjuring, Insidious y la reciente Happy Death Day tal vez no existirían. – @orlandoenelcine

Raw (2016)

Esta película de una universitaria que comienza a desarrollar un apetito particular que no puede explicar es una difícil de catalogar: a veces se siente como un “teen movie” y otras como una comedia de humor negro con toques horrorificos. Pero en sus mejores momentos Raw funciona como una pesadilla y un estudio de personajes repleto de diálogos ingeniosos que nunca deja de ser divertido. Eso sí: ver con el estómago vacío. – Marietere Vélez Negrón

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