2. WONDER WOMAN
El filme de origen sobre la reina de las amazonas viene con toda la intención de salvar un universo fílmico maltrecho por los malos hábitos de sus previos directores y guionistas. Patty Jenkins, directora del drama Monster, toma las riendas de este universo cinemático con un filme que se aferra a los componentes más básicos de un filme competente, creando un producto que sigue la fórmula pre-existente del cine de superhéroes, en específico el relato de origen, y lo eleva con la honesta y finalmente precisa representación de uno de sus personajes más celebrados y el pilar del DCEU. La película pone patas arriba los clichés más comunes del cine de superhéroes. La dama en apuros ahora es un hombre en apuros, aunque más adelante su relación evoluciona a un compañerismo que logra trascender la fórmula a la que se adhiere el guión. El romance nunca se siente forzado, mucho menos se palpa la agenda feminista forzada que hirió mortalmente la última película de Ghostbusters. No es que la cinta no encaje entre lo estándares del feminismo, es que inteligentemente lo hace sin caer en un peligroso sermón sobre el “girl power”.
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