5. Elle
El maestro provocador, Paul Verhoeven (Basic Instinct), regresó tras cuatro años de ausencia con “Elle”, una película destinada a enfurecer a muchos y satisfacer a pocos. Al mando de este vehículo, la francesa Isabelle Huppert (Amour) demuestra por qué es una de las mejores actrices trabajando hoy día. Su elegancia nunca opaca su increíble alcance actoral, y tampoco distrae de la historia, una controversial y hasta atractiva en sí misma.
4. Sing Street
La clave de un bien musical es contar con personajes coloridos y música original, pero sobre todo, memorable. Esto está claro para el director irlandés, John Carney, quien nos obsequia su mejor película desde ONCE. Carney ha confeccionado una historia sobre madurez y el proceso de creación de música irresistible para los románticos sin remedio y amantes de la música. Sin ser muy obvio, Carney reflexiona sobre encontrar inspiración en la cotidianidad y los eventos que definen nuestra adolescencia para crear música, escondiendo detalles que podrían escapar el ojo común y que más adelante toman forma en líricas y los diferentes estilos que adopta la banda titular.
3. La La Land
En el 2016, un filme con personajes que irrumpen en baile y canto en medio de un evento cotidiano podría sonar un poco anticuado. Directores como John Carney (Once, Sing Street) se han encargado de renovar el musical, atándolo lo más posible a la realidad, aportando a la desaparición del rimbombante número musical que surge de la nada, donde protagonistas y extras bailan y cantan al unísono las emociones que persiguen a las figuras principales. Es en el mismo 2016 – año en que los superhéroes en el cine enfrentan consecuencias realistas a sus acciones – que Damien Chazelle, director de la emocionante “Whiplash”, ha escrito y dirigido una carta de amor al estado más puro y clásico del musical de los 50 y los 60 llamada “La La Land”, capitaneada por un dúo de protagonistas cuya versatilidad y alcance finalmente se puede explotar en su totalidad.
2. Arrival
El director franco-canadiense, Denis Villeneuve, pudo haber transformado el cuento de Ted Chiang, “The Story of Your Life”, en un espectáculo de efectos visuales, pero esta no es una película de Roland Emmerich. La escala y ambición del filme es tan grande como la de un filme veraniego, pero en el núcleo, “Arrival” es un filme mucho más íntimo que explora el poder del lenguaje, el amor y la paternidad. Esto no significa que “Arrival” no ofrece un atractivo estético, pues está ahí, en la impresionante cinematografía de Bradford Young, complementando extraordinaria una historia compuesta de grandes ideas.
1. Moonlight
Cuando se pensaba que “The Birth of a Nation” venía a acabar con la controversia que resultó en el hashtag #OscarsSoWhite, el filme quedó ahogado en el pasado criminal de su creador, abriendo paso a “Moonlight”, el filme más importante del 2016; también el mejor. Barry Jenkins, director y guionista, divide su filme en tres momentos importantes en la vida de su protagonista, un hombre negro, pobre y homosexual en busca de su identidad en una sociedad que no lo entiende. Lo que ha logrado Jenkins -sin la necesidad de revisitar momentos históricos- es ofrecer un vistazo a una vida afligida que rara vez llega a la pantalla grande. En un año en que la sociedad no ha hecho otra cosa que retroceder, “Moonlight” es la película a resaltar.