La serie de películas de “Hunger Games”, basadas en las novelas de la escritora Suzanne Collins, me impactó tanto a mi como a muchas personas que conozco. Pudimos experimentar esta historia en los cines durante un periodo importante en el comienzo de nuestra juventud y nos inspiró de gran manera. Incluso inspiró a varias grandes compañías de producción y distribución de Hollywood a conseguir sus propias series de futuro distópico para hacerle la competencia a Lionsgate. Aún así, las cintas que llevaron a su protagonista Jennifer Lawrence al estrellato no terminaron tan exitosamente como muchos imaginaban ya que su cuarta y última entrega, “Mockingjay – Part 2”, sufrió en la boletería. Luego de esto, la fiebre por producir este tipo de cintas disminuyó y por un momento decidimos que no había necesidad de regresar al mundo de Panem. Cuán equivocados estábamos.
Lionsgate y el director Francis Lawrence nos llevan a un tiempo mucho antes del relato de Katniss Everdeen para explorar los comienzos del villano formidable, Coriolanus Snow. En “The Ballad of Songbirds and Snakes” vemos como la persona que se convertirá en el Presidente Snow llegó a tomar una posición relevante en la nación de Panem y en Los Juegos del Hambre.
Realmente dudé si era una necesidad el explorar la historia de este personaje ya que en las cuatro cintas originales de “Hunger Games” se discuten tantos temas políticos, sociales y morales que no creía que había más “tela para cortar”. Así que fue una alegría el que me probaran lo contrario al ver este proyecto. La tragedia de Snow es una que me impactó y que vivirá en mi mente por siempre. Esta precuela ha convertido a este personaje en uno increíblemente complicado. El libreto y la interpretación de Tom Blyth le añaden capas a lo que dejó establecido el actor Donald Sutherland con el papel.
No daré mucha información en esta reseña para que puedan disfrutar cada giro en esta película de la forma más orgánica posible (y hay muchos de estos) pero, me impresionó el hecho de que tantos aspectos psicológicos y emocionales estuviesen envueltos en el ascenso de Snow. En esta entrega vemos a este personaje siendo comprensivo, vulnerable e incluso cálido. Algo que, en comparación a la persona que sabemos que se convertirá, fue lamentable pero intrigante para mi.
El resto del elenco hace un trabajo fenomenal igualmente. El papel de Rachel Zegler como Lucy Gray ha sido el mejor que la actriz ha interpretado en su carrera hasta el momento. Por otro lado, Peter Dinklage y Viola Davis se lucen. Especialmente Davis, quien pudo haber tornado este papel caricaturesco en un chiste pero lo transforma en algo curiosamente llamativo, siendo algo parecido a un villano en una cinta de James Bond.
Encontré que las escenas de acción fueron muy bien ejecutadas y funcionan como detonantes llenos de emoción que rompen la tensión del suspenso. Uno de mis elementos favoritos durante estas escenas, específicamente cuando se encuentran en la arena de los Juegos del Hambre, fue la manera ingeniosa que algunos personajes utilizan las armas a su disposición. Cosas que se pudiesen percibir como tan simples resultan ser muy peligrosas.
Fue un placer el regresar a Panem y poder disfrutar de una historia que nuevamente nos confronta y nos invita a siempre tratar de ser la mejor versión de nosotros mismos, especialmente cuando llegan los tiempos en donde podría ser tan fácil tomar decisiones egoístas. No se pierdan de “The Hunger Games: The Ballad of Songbirds and Snakes”, que estará disponible en cines desde el jueves 16 de noviembre.