La siguiente es la opinión del crítico de cine, Orlando Maldonado, y no necesariamente refleja la postura del resto de escritores y colaboradores de Movie Network.

Cuando Tiffany Haddish y Andy Serkis -colocados como anunciantes como un inquietante premio de consolación- anunciaron en horas de la mañana que solo habían nueve películas nominadas en la categoría de Mejor Película de los Oscar, fanáticos del cine de género supieron que las posibilidades de una de sus películas favoritas de este año, haya sido Wonder Woman, Logan o Blade Runner 2049, ya se habían esfumado. Y así fue, pues aunque el sci-fi Blade Runner 2049 tuvo menciones en categorías técnicas, no estuvo presente en las principales.

(Hagamos un paréntesis para recordar que Haddish estuvo a cargo de una de las actuaciones más irreverentes, arriesgadas y celebradas del año en la comedia Girls Trip. Serkis, por su parte, el año pasado concluyó en la nota más alta su interpretación en captura de movimiento de Caesar en War for the Planet of the Apes, nominada a Efectos Visuales.)

Para quienes siguen estos premios y alguna vez los han intentado analizar, la exclusión de estas películas en las categorías de mayor peso no fue una sorpresa. Durante años, especialmente desde del 2009 hacia acá, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha titubeado a la hora de reconocer cine de género en las mismas categorías en que usualmente triunfan el drama y el filme biográfico. En la conversación sobre los Oscar comúnmente surgen comentarios como “se llevará lo técnico”, lo que automáticamente nos hace pensar en películas como Mad Max: Fury Road, The Dark Knight, hasta la sublime Arrival.

Fue aquí donde hubo espacio para Blade Runner 2049, la nueva película del director Denis Villeneuve y un completo desastre en la taquilla global. Aunque hemos aprendido -o al menos se supone- que la calidad de una película no necesariamente se traduce a buen box office o vice versa, el filme se presta para una buena transición a Wonder Woman, indudablemente un éxito rotundo para el cine en casi todos los aspectos y el mayor “snub” de los Oscar este año.

Desde el saque, Wonder Woman adoptó la narrativa del “underdog”, por lo que cada uno de sus logros fue amplificado por los medios. Un “enorme” primer fin de semana y la aprobación de los críticos (sin precedente para el DCEU) fueron solo el comienzo. Varios meses y $821 millones de dólares en recaudos más tarde, seguíamos hablando de Wonder Woman, la importancia de su éxito para las oportunidades de la mujer en Hollywood y cómo el personaje había inspirado a mujeres y hombres de todas las clases sociales y ocupaciones. La película no solo se convirtió en el pilar del DCEU, sino que adoptó el símbolo de esperanza que representa Diana Prince, pero para el cine en general.

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En un momento en que la conversación predominante gira alrededor de respeto y mejores oportunidades para la mujer en el entretenimiento, Wonder Woman adquirió relevancia como ningún otro título nominado, con excepción de Get Out. The Shape of Water, se podría argumentar, también explora temas de igual importancia. Sin embargo, su ejecución se siente segura y familiar. Tan segura, que es la favorita para ganar un premio usualmente otorgado a filmes que toman pocos o ningún riesgo en la manera de contar una historia.

El Gremio de Productores reconoció su importancia al reconocerla entre las nominadas para el premio Darryl F. Zanuck , mientras que el National Board of Review otorgó el Spotlight Award a su directora, Patty Jenkins y su protagonista, Gal Gadot. Por otra parte, tanto el Gremio de Directores de Arte como el Gremio de Diseño de Vestuarios han reconocido a la película en sus respectivos premios. Aunque es muy posible que Greta Gerwig de Lady Bird haya ocupado el único espacio reservado para una mujer en las categorías de dirección y guión, no hay razón para dejarla fuera de la categoría de Mejor Película, especialmente en un año en que solo se llenaron 9 de 10 espacios.

Existen argumentos válidos en contra de su inclusión entre las mejores 10 del año, pero lo mismo se puede decir de títulos como The Post este año y la insufrible Extremely Loud and Incredibly Close, la única película nominada al Oscar en esta categoría con una puntuación podrida en Rotten Tomatoes. No olvidemos ganadores que el mundo olvidó como Crash, Shakespeare in Love y The Artist.

Tampoco olvidemos que la razón por la que en el 2009 se expandió la categoría de Mejor Película a un máximo de 10 fue como reacción directa al disgusto que causó una exclusión similar ese mismo año con el filme The Dark Knight. Por supuesto, Wonder Woman no es tan película como el magnum opus de Christopher Nolan (nominado este año por primera vez), pero pocas veces la Academia ha tenido la oportunidad de continuar, y en cierto aspecto revalidar la celebración de un filme de gran relevancia. Ni tan siguiera Logan, que recibió una inesperada nominación en la categoría de Guión Adaptado, cumple según este grupo con los estándares de la Academia para una nominación en una categoría que necesita una urgente renovación.

¿Qué es Oscar worthy? Cuando propuestas simplemente competentes como Fences, Bridge of Spies y hasta mediocres como la propaganda de American Sniper han caído bajo esta categoría. ¿De qué sirve una noche que celebra el cine cuando uno de los mayores éxitos (no solo en la taquilla) del año es ignorado de esta manera? Así, la Academia continúa alejando a una audiencia que dejó de sintonizar en el 2009 y que habrían atraído de vuelta con una simple mención en un espacio que, según sus componentes, ningún otro filme del 2017 merecía.

Gal Gadot, Patty Jenkins y Chris Pine de Wonder Woman. Crédito: Warner Bros.