El tema del blanqueamiento en Hollywood es viejo pero, recientemente ha tomado fuerte resurgencia, especialmente luego del estreno de Ghost in the Shell. Es un asunto complicado pues la película mencionada comete errores en ese reglón, sin que eso sea su problema principal. En otras palabras, no es una gran película pero no porque Scarlett Johansson sea blanca.
Cuando Netflix decidió debutar el primer avance de Death Note justo antes del estreno de GITS, revolcaron el avispero ya que la mayoría de los comentarios que se leían en el internet fueron contra la contratación de Nat Wolff, un actor caucásico para interpretar el protagonista, ahora llamado “Light Turner”.
El productor Roy Lee conversó con Buzzfeed sobre el tema, defendiendo la adaptación contra las acusaciones de blanqueamiento:
“Puedo entender la crítica… si nuestra versión de Death Note estuviera ambientada en Japón y los personajes fueran de origen o ascendencia japonesa. Pero ese no es el caso.”
Lee sabe de lo que habla pues lleva años adaptando filmes asiáticos a la audiencia occidental, incluyendo The Ring, The Grudge, y la excelente The Departed.
“He estado involucrado en muchas adaptaciones de contenido de todo el mundo, y esta es la primera vez que veo tanta prensa negativa…. Es una interpretación de esa historia en una cultura diferente, por lo que va a haber algunos cambios obvios. A algunas personas les gustarán, a otras no. Pero los cambios eran necesarios para “hacerla más atractiva para los Estados Unidos o para el mercado de habla inglesa”.
Al igual que Lee, les pido que esperen a ver la película para decidir si les gusta o no. El blanqueamiento en la industria continúa pero, no es nada tan horrible como hace unos 30 o 40 años atrás, cuando tenías a John Wayne haciendo de Gengis Khan, o a Mickey Rooney como el japonés más ofensivo en la historia del universo.
Definitivamente hay que pedir más representación diversa en la industria pero, tampoco rechazar todos los proyectos porque no se acojan 100% a lo que uno quiera.
¿Qué dicen ustedes?