Para ser un filme de Tim Burton, “Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children” no se siente tan peculiar. Quizás esto se deba a que Burton ya está entrando a una edad donde no se atreve a hacer filmes tan diferentes como los que solía hacer. Esto también es algo visible en su penúltimo filme “Big Eyes”, el cual, al igual que este, no se siente que tiene un estilo único que lo caracteriza.
Habiendo dicho eso, hablemos de lo demás. “Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children” es una adaptación de la novela para jóvenes adultos del mismo título, que sigue la historia de Jake, un chico aparentemente normal que – casi – de la noche a la mañana se encuentra rodeado de niños con habilidades sobrenaturales (desde ser invisibles hasta prender en fuego cualquier cosa que toques). Jake es interpretado por Asa Butterfield, uno de los muchos nombres que componen el elenco de este filme.
Además de Butterfield, el filme cuenta con actores de calidad como Samuel L. Jackson, Judi Dench, Terence Stamp, y por supuesto, la titular “Miss Peregrine”, Eva Green. Como de costumbre, Eva Green se roba cada escena en la que está en pantalla. Green es una veterana haciendo personajes como “Miss Peregrine” (favor de ver “Penny Dreadful” si tiene duda sobre ello), y la naturalidad con la que los protagoniza te hace pensar si realmente Green no es parte de un mundo sobrenatural como este. En un filme de dos horas, Green está en pantalla, como mucho, media hora. Es un crimen que Burton no la haya puesto en escena por más tiempo. Lo mismo ocurre con Dench, que en realidad debe contar con un cameo, ya que está en pantalla por cerca de 10 minutos.
Aunque digo que es un crimen de parte de Burton no usar a estos buenísimos, en realidad creo que la culpable es la guionista del filme, Jane Goldman. Esto es lo más débil de la película, su guion. El ritmo del primer acto se siente apresurado, como si Goldman no pudiera esperar a llegar a la casa de los niños peculiares, y esto hace que lo que podamos ver de Jake antes de entrar a este mundo mágico es muy poco.
El guion también hecha a un lado a la mayoría de los 12 niños, concentrándose en 2 o 3 de ellos. Como consecuencia en las partes del filme que debía estar preocupado por la vida de los niños, no lo estaba. Otra falla del guion, y tal vez la más grave, es que a Goldman parece que se la olvida, por partes, las desventajas de los poderes de algunos de los niños, especialmente de Emma, quien tiene zapatos de plomo para no irse flotando (como si fuera un globo de helio). En varias ocasiones de la película a Emma – ahem, a Goldman – parece que se le olvida que si no tiene sus zapatos puestos, o si nadie tiene agarrada la cuerda que le atan en la cintura, puede irse flotando y ella misma caminar mientras agarra su cuerda. No sé, tal vez la gravedad en este mundo de Burton también es peculiar.
(Spoilers) Otra de las cosas, y probablemente la más que me pareció molestosa de la película, es el cambio de tono que el filme sufre cerca del final, cuando los monstruos que aterrorizan a los niños durante toda la película dejan de ser aterradores para los niños. Cuando los niños se enfrentan finalmente a los monstruos, en lugar de tener una batalla de escala épica, los niños terminan teniendo una batalla de bolas de nieves con los monstruos. Esto mientras suena una música electrónica que no va en tono con el resto de la música del filme. (Fin de Spoilers)
Sí, lo sé. Tal vez estoy haciendo que la película suene como lo peor que haya estrenado en cines este año. Realmente no lo es. Si hay alguna razón por la que deberían ver este filme es por Green. Además, es un filme “family friendly” que puedes disfrutar con cualquier miembro de tu familia sin importar la edad. A fin de cuentas “Miss Peregrine” es una película que entretiene – si no la analizas mucho –, que tal vez se olvide a las par de horas de verla. Quizás Burton debería volver a arriesgarse y hacer el tipo de película que hacía en los noventas. Quizás alguien deba decirle que ya hay muchísimas personas haciendo adaptaciones de novelas para jóvenes adultos y que no queremos que el sea otro más de ese grupo. Que lo de él no está en ser como los demás. Que debería atreverse a volver a ser peculiar.