Crítica: THE KILLING JOKE no matará a nadie

“The Killing Joke” es, sin duda alguna, una de las mejores novelas gráficas de todos los tiempos. Escrita por Alan Moore, conocido por su tono realista y crudo a la hora de escribir, la tirilla revolucionó el universo de Batman, dándole un tono más sombrío al mundo de Gotham, y por consecuencia al mundo de los “comics”. Procedió a ganarse varios premios y a ser llamada, por fanáticos y críticos, una de las mejores historias de Batman.

El 10 de julio de 2015 se anunció lo que muchos fanáticos esperaban con ansias. Una película basada en la novela gráfica estaba en producción. No tan solo íbamos a tener una película, sino que la película contaba con las voces de Kevin Conroy, conocido por darle la voz a Batman en la serie animada de los 90s, y Mark Hamill, conocido por darle la voz al Joker en la misma serie. Se esperaba que dicho filme revolucionara el mundo de las películas animadas de DC, de la misma manera que la novela gráfica hizo con el mundo de las historietas. Desafortunadamente, no será así.

La película, que como de costumbre lleva el mismo nombre que la novela gráfica, cuenta una historia que lleva en el mercado desde los 80s, y le añade un tipo de prólogo que no funciona, y se siente desconectado de la segunda parte del filme. Este prólogo son los primeros 30 minutos del filme, en donde se cuenta la historia de quién es Batgirl, y su relación con Batman – algo que está causando controversia –, mientras estos trabajan juntos para derrotar a un villano que es tan memorable como una película de Adam Sandler.

En esta parte del filme, Brian Azzarello, escritor del filme, hace parecer a Batman y a Batgirl como una pareja de escuela superior. Pelean, tienen sexo, no saben como lidiar con esto, rompen. Esta parte del filme es tan mala que hizo que volteara los ojos en varias ocasiones. Sí, el diálogo es malo aquí, pero no solo eso, sino que muestra a Batgirl como una chica indefensa que necesita de la protección de Batman 24/7 y no puede hacer nada por su cuenta.

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Luego de que Azzarello pisoteara el nombre de “The Killing Joke” por 30 minutos procede al material original, a eso de los 35 minutos del filme. De aquí en adelante, el filme funciona, ya que es casi idéntico al material original, y nos presenta la mejor historia de origen del Joker en todo el universo de DC. Escuchar a Hamill como el Joker es casi una bendición, y ver al personaje en pantalla, luego del patético adversario de la primera parte del filme, es un alivio. Además, esto es lo que vinimos a ver.

Alan Moore no tenía miedo de escribir lo que quería, y lo que pensaba, aunque fuera controversial. No obstante el filme, que es clasificado R, sí tiene miedo a mostrar peleas sangrientas, o palabras soeces, que aunque no es necesario y no está en el material original, se ven las intenciones de Azzarello de incluirlo ocasionalmente en la adaptación. No hay porque solo decir la letra “F” cuando técnicamente ya tienes la aprobación del MPAA (Motion Picture Association of America) y del estudio para decir la palabra completa.

Si no eres de los que le gusta leer, entonces ve el filme. Obvia la primera parte, salta a los 35 minutos, y disfruta lo que realmente es “The Killing Joke” dentro de la película. De mi parte, recordará a la película como un “what if?”. ¿Qué hubiese podido pasar con esta grandiosa historia si se hubiese tratado diferente? ¿Tal vez el problema fue el escritor? ¿Tal vez la historia solo sirve en la página y no en pantalla? Quien sabe.