Los filmes de mafia nunca pasarán de moda, sea por nuestra fascinación con historias de criminalidad y villanos que pueden alterar sus vidas sin hacer sacrificios, o simplemente porque a través de los años, este género ha producido algunas de las mejores películas en la historia del cine. Desde “The Godfather” de Francis Ford Coppola hasta “American Gangster” de Ridley Scott, el género se ha mantenido con vida a mano de grandes directores y actores de primera. “Black Mass”, uno de varios relatos sobre gángsters que estrenan este año, es un filme competente que se mantiene a flote gracias a dos grandes actuaciones de Johnny Depp y Joel Edgerton.
“Black Mass” está basada en el libro “Black Mass: Whitey Bulger, the FBI, and a Devil’s Deal” de los autores Dick Lehr y Gerard O’Neill, el cual relata la historia verídica de James “Whitey” Bulger, el más notorio mafioso en la historia del sur de Boston, quien se convirtió en un informante del FBI para ayudar a capturar una familia de criminales que han invadido su territorio.
Partiendo del hecho de que sus autores son periodistas, podríamos asumir que el libro en el que se basa la película contiene muchos más detalles sobre la alianza entre Whitey y el agente del FBI, John Connolly, personificado por un excepcional Joel Edgerton. Lamentablemente, el director Scott Cooper y sus guionistas deciden resaltar los crímenes del mafioso, donde caen víctimas de la repetición. Aunque se prestan para algunos de los momentos más impactantes de la película y la oportunidad para que Depp desaparezca en la crueldad y frialdad de su personaje, después de la cuarta o quinta vez que alguien es trasladado a terrenos apartados o casas abandonadas, podemos ver el desenlace de la escena a una milla de distancia. Nos tomó por sorpresa en “Goodfellas” de Martin Scorsese cuando Tommy recibe una “promoción”, pero eso fue hace 25 años.
Un autoproclamado “fanboy” insistiría en que el aclamado actor Johnny Depp no ha ido a ninguna parte y que su reciente trabajo es tan bueno como el que lo hizo famoso en los ochenta y noventa en películas como “Edward Scissorhands” y “Donnie Brasco”, en las que personifica roles completamente opuestos. Así de impresionante era la versatilidad del actor, quien en los pasados años se ha estancado en la comodidad de interpretar personajes que sólo le exijan actuar como lunático con 50 libras de maquillaje y prostéticos.
Sus fanáticos más fieles y ciegos están predispuestos a confundir holgazanería con esfuerzo y talento, dos características que parecen haber desaparecido de la lista de habilidades del actor hace varios años. Por tal razón, tanto fanáticos de Depp como amantes de sus trabajos pre capitán Jack Sparrow -a quienes perdió hace tres pelucas atrás- reaccionaron positivamente al regreso del protagonista de la abominable “Alice in Wonderland” a un rol verdaderamente desafiante en “Black Mass”. Por primera vez desde la primera “Pirates of the Caribbean”, Depp desaparece en un rol que le exige mucho más que actuar como lunático con un sombrero diferente. El personaje de Whitey es uno con capas, las cuales el actor explora hasta dónde el guión se lo permite.
Tal vez sea el hecho de que ya anticipábamos el regreso de Johnny Depp al tipo de roles que lo hicieron famoso hace muchos años o simplemente su actuación, fácilmente la mejor del actor en años, no es superior al trabajo de Edgerton como el agente John Connolly y fuente principal de Jimmy. Bulger y Connolly crecieron juntos y su relación en solo una de las formas en que se explora la idea de lealtad dentro estas familias criminales. Para Jimmy, una vez se rompe ese lazo de confianza no hay vuelta atrás. La mayoría de los asesinatos presentados, todos de manera explícita, están motivados por esta idea y la siempre presente paranoia de todos las partes envueltas en esta alianza. A diferencia de Depp, quien depende un poco más de manerismos, maquillaje y otros cambios físicos, Edgerton le otorga a su personaje un arco más evidente y menos unidimensional que Bulger.
La muerte de su hijo, la eventual desintegración de su matrimonio y la relación con su madre y hermano senador (Benedict Cumberbatch) exploran, por momentos demasiado cortos, el lado tierno del personaje. Afortunadamente, Depp y el resto del elenco logran ser lo suficientemente convincentes como para sacar la película a flote mientras el director y sus guionistas exploran la maldad de esta familia de criminales, su rápido ascenso y eventual evaporación a causa de la misma alianza que crearon para su beneficio.