Frances McDormand (Fargo) regresa tras haber ganado su segundo Oscar con una magistral actuación que podría lograrle su tercero.
Cuesta creer que la misma persona que tendrá la tarea de introducir a los Eternals en el Universo Cinematográfico de Marvel es la misma que durante los próximos meses sonará fuerte en la conversación de los Oscar, en especial en esas categorías principales de Dirección y Mejor Película, siempre elusivas para mujeres y otras minorías. Su nombre es Chloé Zhao, directora china que este año completa lo que bien podría pasar como una trilogía extraoficial sobre el Oeste Americano. Tras el éxito crítico de su segunda propuesta, “The Rider”, Zhao regresa con otro estudio de personaje en “Nomadland”, cinta que estrena simultáneamente en tres festivales con toda la intención de dominar la conversación para la cual estaba predestinada desde que corrieron los créditos de su previo esfuerzo, o al menos cuando se supo cuál sería su próximo proyecto.
McDormand, quien hace apenas dos años fue galardonada por su trabajo en “Three Billboards Outside Ebbing, Missouri”, regresa a la carga con otro rol que le permite sumergirse en el pesimismo y melancolía que ha perfeccionado a través de los años. Aquí, como una viuda llamada Fern que un día se levanta y decide convertirse en nómada, la veterana actriz ofrece destellos de optimismo y esperanza, aún cuando la directora -adaptando la novela homónima de la autora Jessica Bruder- se esfuerza por presentar las dificultades de un estilo de vida migratorio.
Pero Fern no solo se levanta un día habiendo decidido optar por este nuevo estilo de vida, aunque así parezca en primera instancia. Su motivación, como la de la mayoría de las figuras que conocemos al acompañarla en su camino, está propulsada por la pérdida y un sentimiento de abandono que se manifiesta en rebeldía contra el mismo sistema que le ha dado la espalda. Inspirada por un nómada que documenta su estilo de vida en YouTube, Fern embarca en una camioneta que ha bautizado como “Vanguardia”. En la primera de sus paradas, Fern consigue empleo en una fábrica de Amazon y aprende cómo “lidiar con toda la mierda”, de forma figurada y literal. Momentos como este y otros en que otros nómadas comparten anécdotas funcionan para balancear la desolación con humor, pero las risas producidas nada tienen que ver con comedia, sino que son producto de admiración.
La autenticidad y honestidad en la dirección de Zhao quedan fortalecidas no solo con el trabajo de McDormand, sino también con la ayuda de un elenco secundario capitaneado por el nominado al Oscar, David Strathairn (Good Night, and Good Luck) como un conocido que intenta acercarse a Fern con poco éxito. El resto del elenco, en su mayoría amistades pasajeras que acentúan la fragilidad de su estilo de vida, se compone de las propias figuras perseverantes que la directora halló durante la producción de la película.
Pero el truco más impresionante que logran la directora y su protagonista es crear intercambios creíbles entre el personaje principal -uno de los pocos actores en la película- y figuras reales que se desenvuelven orgánicamente en su entorno. El trabajo de McDormand se vuelve aún más preciso y admirable cuando se toma en consideración que, a la vez que refleja frustraciones y luchas internas en su complexión, sus diálogos con no-actores fluyen de forma natural. En la superficie, parecería una versión diluida de su personaje en “Three Billboards Outside Ebbing, Missouri”, pero luego queda claro que lo que está haciendo McDormand aquí requiere un mayor dominio del arte.
Mucho se ha comparado a Zhao con Terrence Malick, director cuyas películas se han convertido en el estándar inalcanzable de la cinematografía. La mera comparación es un logro en sí mismo, pero con “Nomadland”, Zhao muestra un estilo propio, repleto de tiros abiertos que subrayan la pequeñez del ser humano en la grandeza de la naturaleza. Acompañados de composiciones melancólicas de Ludovico Einaudi, la directora convierte una simple caminata a través de un campamento en un efectivo ejercicio de introspección. Pero Zhao no sobre utiliza la música de Einaudi para crear momentos con exceso de melodrama, sino para acentuar ambas, las frustraciones y pequeños logros de su protagonista.
“Nomadland” forma parte de la alineación oficial del Festival Internacional de Cine de Toronto y se espera llegue a cines regulares a partir del 4 de diciembre.