Las películas se pueden convertir en una pasarela de estrellas, donde en algún momento pudiéramos ver el junte de diferentes actores. Como las colaboraciones de cantantes, así hay películas que suelen promocionar o mover su propuesta mediante un elenco lleno de nombres o reconocidos artistas. Ya sean los actores, el director o simplemente una franquicia de gran nombre, como los personajes de comics. Hay películas que suelen ser una pasarela de estrellas, y AMSTERDAM es una de ellas.
El largometraje, en cines desde el 6 de octubre, tiene un enorme cast que a menudo se siente como el ̈All-Star Game ̈ del cine. La cinta es protagonizada, principalmente, por un trío de actores compuesto por Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington. Interpretando tres amigos que, por mala pata, presencian un asesinato y son puestos como los principales sospechosos. Además, su gran amistad es probada al descubrir un gran complot que involucra a los Estados Unidos.
A este trío actoral se les une las participaciones de Zoe Saldaña, Michael Shannon, Chris Rock, Rami Maleck, Robert de Niro, Anya Taylor Joy y otros reconocidos actores. Además, el cast incluye a la cantante Taylor Swift, cuyas cortas escenas pueden quedar impregnadas en nuestra mente en algo impactante o una mediocridad. A mí me tomó por sorpresa su escena no por su actuación, sino por la dirección de su personaje. Gracias a esta decisión permanecí más alerta a la película.
AMSTERDAM es un arriba y abajo, más bajo que alto. Hay momentos en los que quiere ser un ¨noir film¨ con elementos históricos, y otras veces un melodrama. Lo único claro, dentro de su inestabilidad, es que hace una buena elaboración de los lazos humanos, lo que verdaderamente me gustó. Y a pesar de una aceptable cinematografía de Emannuel Lubenski y un gran intento del cast de hacer que sus personajes fueran emblemáticos en esta pasarela, los cambios de tonalidad del filme no les hacen justicia a sus talentos.
El final podía ser bien recordado si la travesía para llegar a dicha conclusión no fuera tan agonizante. Los primeros dos actos, dan un cambio de género que hace que la película no pueda encontrar su propia personalidad. Un milagro que la escena de Taylor Swift me fuese bien efectiva para seguir atento al resto de la trama. Aunque la propuesta es bastante original, la ejecución de las ideas no me invita a revisitar o analizar el filme en un futuro. Simplemente, lo que sabes desde un principio es lo que es al final, lo que hace que la pasarela de todos estos talentos sea bastante en vano. AMSTERDAM en cines desde el 6 de octubre.