Crítica: Girls Trip es comedia sin filtro

Esto, por supuesto, incluye conseguir hombres para el fin de semana, tal y como lo habrían hecho un grupo de hombres en su posición. Esto es, tal vez, lo que hace que Girls Trip se sienta tan fresca mientras navega aguas similares. Hemos recorrido estos mares en  numerosas ocasiones, pero la tripulación siempre había estado compuesta mayormente de testosterona.

El director y sus guionistas, un trío de mujeres, han hecho algo más astuto que simplemente sustituir sexos en esta historia de decepción y lazos de amistad. Han creado cuatro mujeres reales que cuando el barco amenaza con hundirse con el peso de una trama extraída directamente de una novela, lo mantienen a flote con el tipo de comedia sin frenos en el que usualmente las mujeres son reducidas a premios o personajes secundarios. El problema es que en dos largas horas, una comedia está predispuesta a atravesar lagunas de humor.

La película intenta rellenar estos  boquetes con una historia de infidelidad que se desarrolla demasiado cerca a la acción principal, para tratarse de un “road trip movie”. Usualmente, personajes intentan escapar de sus problemas por medio de estas aventuras en la carretera. En “Girls Trip”, los problemas van con ellas en sus maletas. Esto, por supuesto, habla sobre la falsedad de huir de los problemas, pero restarle comedia a Girls Trip en favor de drama es como quitarle un dulce a un niño. En esta analogía, el niño es la audiencia y el dulce es la explosividad Tiffany Haddish, cuyo personaje excede cualquier estereotipo y alcanza niveles irreales pero irresistibles para provocar risas.

Girls Trip no es un filme excepcional, pero está comprobado que la risa es el antídoto de cualquier malestar, incluyendo el común caso del guión familiar.