Fuera de las diferencias más obvias como la vestimenta y el estilo de vida, entre otras, no mucho ha cambiado desde el 1958. Fue a finales de la década de los cincuenta que Mildred y Richard Loving, una pareja interracial que vivía un pequeño pueblo de Virginia fueron arrestados en varias ocasiones y eventualmente expulsados del estado. ¿Su crimen? Haber contraído matrimonio con una persona con color de piel diferente al suyo. Esta la historia que plasma en la pantalla grande el drama “Loving”, la nueva película del director estadounidense, Jeff Nichols.
El director de películas como “Mud” y el reciente sci-fi, “Midnight Special”, explora una historia que en papel podría parecer anticuada o fuera de tiempo, en otras palabras, un simple recreación de un momento histórico. Sin embargo, la tragedia reside en aquellos paralelos innegables entre aquella época y la actual que una brecha de casi 60 años no ha logrado eliminar.
En el 1958, Richard y Mildred Loving protagonizaron una historia de amor que en el 2016 habría sido un perfecto video viral. Richard, un obrero de construcción de Virginia le propone matrimonio al amor de su vida en medio del terreno que recién había adquirido para construir la casa donde ambos pasarían el resto de sus vidas. Fue un día de sorpresas para Mildred, quien con un sí firmó una sentencia que tendría que cargar por casi una década, cuando finalmente la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió a su favor, invalidando toda ley que prohibiera la unión en matrimonio entre parejas interraciales.
“Loving” es un caso de tomar parte en una jornada cuya resolución ya está escrita, colocando todo el peso en la importancia de la historia, cómo se presenta y cómo es complementada con valores cinematográficos. Para eso está Nichols, director y guionista, quien se aproxima a la historia de la forma más honesta posible, evitando el sensacionalismo y “cliffhangers” que de nada habrían servido cuando se trata de un caso mundialmente reconocido e influyente. En lugar, Nichols se enfoca en el aspecto humano de la historia, algo que se suele perder con el tiempo, cuando entre términos oficiales y titulares se pierde consciencia de quienes abrieron paso a las luchas anti discrimen y pro equidad que actualmente destacan nuestros diarios.
Por otra parte, los protagonistas Joel Edgerton y Ruth Negga ofrecen dos de las actuaciones más naturales que verás en todo el año. Una nominación al Oscar para cada uno de ellos sería clara evidencia de que la sobre-actuación y las transformaciones físicas no son los únicos requisitos para lograr ser reconocido por la Academia. En “Loving” hay transformación, pero es una que germina con el pasar de los años, y cuando actores logran proyectar un crecimiento con la fluidez y honestidad que emiten Negga y Edgerton, sabes que estás presenciando un trabajo inigualable. En cuando a su travesía, Nichols los mantiene al margen, como dicta la historia. Libertades creativas pudieron haber colocado a la familia Loving en medio de la Corte Suprema, pero aquí todo transcurre casi detrás de cámaras, y ese es el gran sacrificio de Nichols, quien, al igual que Richard y Mildred, reconoció que al final la lucha en contra del discrimen no lleva un rostro ni un apellido.
Richard y Mildred Loving en Washington, D.C.