Cuando comenzó el año, no tenía idea de que llegaría a las salas de cine una nueva película de los Daniels. De hecho, creía que la cinta más grande sobre multiversos en la pantalla grande sería Doctor Strange In the Multiverse of Madness. Eso fue hasta que llegó el festival de cine South by Southwest, y empezó a salir toda la cobertura de Everything Everywhere All At Once, cinta que luego de varios días de haberla visto, y de que siga dando vueltas en mi cabeza, puedo llamar la mejor película del año hasta ahora.

Everything Everywhere All At Once cuenta la historia de Evelyn Wang (Michelle Yeoh), una mujer asiática mayor, que le toca trabajar con la mayoría de las responsabilidades de su familia, como cuidar a su padre, las responsabilidades en el hogar, correr el laundromat que ella posee junto a su esposo, Waymond Wang (Ke Huy Quan), y hacer los taxes. Es con este tema – los taxes – donde comienza el conflicto principal de la cinta, cuando el IRS decide auditar al laundry que corren los Wang por incongruencias en los documentos sometidos. El día de la cita, mientra están en el edificio del IRS, el esposo de Evelyn, Waymond, es poseído por Alpha Waymond, una versión de Waymond de otro universo, y le dice a Evelyn que ella tiene el poder de salvar el multiverso de la malvada Jobu Tupaki.

Michelle Yeoh como Evelyn. (Suministrada)

Es difícil explicar la trama de Everything Everywhere All At Once, y saber poco de ella es parte de la magia de la obra. En papel, la historia de la película suena como un cúmulo de ideas que no daría tiempo de explorar en una cinta de 2 horas y 19 minutos. Con esta duración, Dan Kwan y Daniel Scheinert – los Daniels -, construyen una historia que habla sobre el amor, el universo, las oportunidades perdidas, la relación con la familia de uno, el pasar de tiempo, la brecha generacional, entre muchos otros temas existenciales. Esto mientras nos brindan una entretenidísima cinta que tiene acción, peleas de artes marciales al estilo wuxia – a la vez haciendo un tributo a este cine -, drama, comedia, y surrealismo. De alguna manera, los Daniels hacen que todo esto funcione a la perfección. 

El elenco de la película es encabezado por la legendaria Michelle Yeoh, y a ella se le unen Stephanie Hsu, el espectacular Ke Huy Quan (a quien tal vez conocen de Indiana Jones and the Temple of Doom, donde hizo el rol del niño Short Round), James Hong, y la gran Jamie Lee Curtis, entre otros. La química entre los actores en pantalla es palpable, y electrizante. Es innecesario decir que actrices como Michelle Yeoh y Jamie Lee Curtis hacen un gran trabajo en la cinta, pero igual cabe destacar las escenas que estas comparten, sin decir mucho de ellas. Sí quiero hacer hincapié en lo sorprendente de las actuaciones de Ke Huy Quan y Stephanie Hsu – él siendo un actor que ha hecho bien poco cine en su carrera, y ella siendo una actriz relativamente nueva -, que se van mano a mano con figuras como Yeoh a la hora de llevar la carga emocional de la película. 

Jamie Lee Curtis y Michelle Yeoh. (Suministrada)

Además del guion, el trabajo de dirección de Daniels también es magnífico. Los cineastas están acostumbrados a trabajar con poco presupuesto (como para el video musical de la canción de 2014, Turn Down for What), y se nota lo bien que saben trabajar con los recursos que tienen. Menciono esto por los efectos visuales que tiene la cinta, muchos de ellos trabajados de forma práctica, y se ven mejor que los efectos ultra procesados de muchas de las películas comerciales que vemos frecuentemente. La cinematografía de Larkin Seiple y la banda sonora de Son Lux tampoco se quedan atrás, especialmente el trabajo musical de Lux que mezcla un poco de la música tradicional asiática, con elementos de música electrónica, ambiental, experimental, y clásica.

Everything Everywhere All At Once es una joya cinematográfica. Es de esas películas que podría usarse como respuesta a cuando me pregunten “¿por qué amas el cine?”. Es de esas que usan cada cuadro de los 24 cuadros que tiene cada segundo a la perfección. He visto muchas buenas películas recientemente, pero admito que no había visto nada que me moviera tan profundamente como esta puesta en escena. Lamentablemente, y espero equivocarme (especialmente ahora con la decisión de Caribbean Cinemas de expandir la cinta a otros cines), esta cinta no llegará a las masas al nivel que se merece, y solo porque el logo que tiene al principio no es el de Marvel. Pero si te interesa el cine, aunque sea un poco, hazte un favor y corre a ver esto en la pantalla grande lo antes posible. Te aseguro que saldrás sintiendo Everything Everywhere All At Once