Esta reseña se publicó originalmente en septiembre como parte de la cobertura del Festival Internacional de Cine de Toronto.
Luego de habernos deleitado con los excelentes thrillers “Prisoners” y “Enemy”, el director franco-canadiense, Denis Villeneuve, regresa con “Sicario”, otro filme perteneciente al género que demuestra por qué Villeneuve es uno de los cineastas más prometedores. Con secuencias de tensión que funcionan a la perfección aún cuando la acción es limitada o no existente y dos actuaciones principales que impulsarán la película en la temporada de premiaciones, “Sicario” es uno de los mejores thrillers que se han producido en los últimos años y uno que atraerá comparaciones con los filmes de Michael Mann (Heat, Collateral).
Emily Blunt (Edge of Tomorrow) encabeza el elenco como Kate Macer, una agente del FBI de la unidad de secuestros que, luego de hacer un aterrador descubrimiento en una casa en medio de un desierto de Arizona, es reclutada por una fuerza especial del gobierno con el propósito de socorrer en medio de la guerra contra las drogas entre México y Estados Unidos en el área de la frontera. Lo que Kate no se imagina es que al equipo, liderado por Matt Graver (Josh Brolin) y el misterioso Alejandro (Benicio del Toro), es uno cuyas decisiones retan su moralidad y confianza en los otros miembros. Matt y Alejandro están dispuestos a ensuciarse las manos para atrapar al pez grande, a quien sólo conocen de nombre y no de apariencia física. Para dar con el peligroso capo, primero tienen que revolver el avispero y esperar a que se vea obligado a salir de su escondite. Sin embargo, revolver el avispero implica cruzar la frontera y adentrarse en Ciudad Juárez, una de las ciudades más peligrosas del mundo.Una de las más efectivas secuencias de acción se desarrolla cuando el equipo entra a Juárez, escoltados por la policía federal del estado, quienes van abriendo espacio en el tráfico para que su estadía en la ciudad no sea una mortal. Cuerpos cuelgan de los puentes y el sonido de balaceras es tan común como el del camión de mantecados. La rampante criminalidad en Ciudad Juárez y la guerra entre carteles no es exclusiva de la ciudad, pues podría aplicarse a cualquier ciudad del mundo niveles elevados de criminalidad. Ahí reside el verdadero horror de “Sicario”.
Al igual que Kate, el público es un simple pasajero en la mayoría de estas situaciones, cuyo efecto emocional en la agente es evidente; también en el público. Pero esto no significa que Blunt no tiene mucho que hacer como Kate, pues aunque es introducida en medio de la acción sin un claro propósito, su arco se basa en su colapso mental y su deseo de entender lo que está sucediendo a su alrededor, lo cual parece ser más grave de lo que había imaginado. Más que por el talento en su última y otras misiones de rescate, Kate está presente para otorgar impunidad a un equipo sin ética a la hora de emplear sus tácticas.La película es increíblemente cruda, y habría sido difícil de mirar de no ser por la hermosa fotografía de Roger Deakins (Skyfall) y la palpitante banda sonora de Jóhann Jóhannsson, en el cual resalta la percusión al ritmo de un corazón acelerado en las escenas de mayor tensión. Un enfrentamiento en medio del tráfico justo después de la frontera es uno de los momentos de tensión más efectivos de la película. La escalofriante escena es una de las poca en que Kate es parte de la acción, el cual es tal vez la mayor de las pocas fallas de la películas. A pesar de una sólida actuación, el ser guiada por su moral y respeto hacia la ley la aparta de la acción, la cual se desarrolla mayormente en medio de procedimientos sospechosos por parte de Matt y Alejandro, quienes constantemente intentan convencerla con la idea maquiavélica de que el fin justifica los medios.
“Sicario”, cuyo estreno en Puerto Rico está programado para el 1 de octubre, es una clase maestra en tensión, que, aunque no se desenvuelve con la grandilocuencia que predicen dos excelentes primeros actos, se queda en tu cabeza en forma de reflexiones sobre moralidad y corrupción.