Durante una entrevista con Variety, la actriz Jamie Lee Curtis habló sobre su drogadicción durante los comienzos de su carrera y su recuperación.
“Me encontraba en un buen matrimonio, escribiendo libros para niños, cada vez tenía mas trabajo y más fama, más atención. Cada vez tenía más y más mientras mi adicción empeoraba. Por lo que hacía mi negación a la realidad mucho más penetrante porque todo me iba bien” admitió la actriz durante la entrevista.
La actriz de 60 años, tuvo sus inicios en el cine el la década de los 70, sin embargo, fue a finales de los 80 y comienzo de la década de los noventa que tuvo mayor impacto en su carrera. Hija de los actores Tony Curtis y Janet Leigh, no es sorprendente que la actriz eventualmente llegara a fama internacional con películas como Halloween, My Girl, True Lies. No obstante, así como llegó la fama, llega tambien la facilidad y la accesibilidad a un mundo en donde las drogas reinan.
Curtis confesó que llevaba una adicción secreta a la vicodina, un analgésico que contiene acetaminofeno e hidrocodona (un opioide parecido a la codeína) por más de una década. Luego de leer un artículo del Esquire, titulado, Vicodina, mi vicodina por Tom Chiarella en 1999, la actriz tuvo una sorprendente revelación de sí misma, y es que no era la única que mantenía una realidad oculta por el echo de que nadie sabía. Es decir, siempre y cuando la adicción sea secreta, es inexistente, no es real.
Más adelante, la actriz tomó la decisión de confesarle a una amiga sobre su realidad. Para su sorpresa, su amiga estaba pasando por exactamente lo mismo y no solo compartía su condición, pero también estaba dispuesta a ayudarle a conseguir pastillas fácilmente a través de su doctor… con descuento. Fue en ese momento en que tuvo un momento clave de claridad. Curtis visualizó a su amiga muerta, y se visualizó yendo a su funeral, y abrazar a sus hijos (de la misma edad que los de ella) y sintió las sangre en sus manos.
Uno de los temores más grandes de Curtis era el hecho de ser figura pública y ser vista caminar hacia un centro de rehabilitación y precisamente por tal razón que perdemos tantos talentos grandes anualmente. No obstante, gracias a la ayuda de una amistad en recuperación, la actriz logró entrar a rehabilitación y ha estado sobria por casi dos décadas.