5. Queen of Earth
Todos los años hay una o dos películas que joden con tu mente y se quedan ahí, aún cuando no está completamente seguro de entender lo que acabas de ver (véase Enemy en el 2014 y Upstream Color en el 2013). Este año, ese lugar lo ocupa “Queen of Earth”, la nueva película del director Alex Ross Perry, en la que Elizabeth Moss ofrece la mejor actuación de su carrera como una mujer en un veloz descenso hacia la locura mientras comparte en una casa de lago con su mejor amiga.
4. Sicario
Por su crudeza, la nueva película de Villeneuve habría sido difícil de mirar de no ser por la hermosa fotografía de Roger Deakins (Skyfall) y la banda sonora de Jóhann Jóhannsson, en la que resalta la percusión al ritmo de un corazón acelerado en las escenas de suspenso. Emily Blunt y Benicio del Toro resaltan como Kate, una idealista agente del FBI y Alejandro, el misterioso líder de un sospechoso operativo a cargo del FBI que pondrá a prueba los ideales de la agente. “Sicario” es una clase maestra en tensión, que, aunque no se desenvuelve con la grandilocuencia que predicen dos excelentes primeros actos, se queda en tu cabeza en forma de reflexiones sobre moralidad y corrupción.
3. Anomalisa
La fijación del director Charlie Kaufman con la imposiblidad de la relación amorosa estable y duradera será mi fin y el del resto de sus seguidores, compuesto principalmente por masoquistas que queremos que se nos recuerde, una y otra vez, que las relaciones de pareja son puro invento del hombre solitario. El aclamado escritor de “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” explora conflictos reales mediante la animación “stop motion” y el resultado es una de las películas más honestas del año, esto sin contar con la presencia de actores.
2. Mommy
“Mommy”, la más reciente película del joven director, Xavier Dolan, contiene mi secuencia favorita del año: un final falso que, según el propio director, inspiró el resto de la película. Como ninguna otra este año, la película trabaja los sacrificios de la madre de un joven violento e inestable, cuya esperanza nunca muere a pesar de ver como el futuro de su hijo se estrecha más y más, representado en el cuadrado perfecto en que se grabó la película, el cual desaparece en momentos en que los protagonistas parecen haber llegado a un balance saludable, pero regresa cuando el personaje principal recae. El formato da la sensación de estar ahí con ellos en sus momentos más íntimos y claustrofóbicos.
1. Mad Max: Fury Road
Declarar que “Mad Max: Fury Road” es lo mejor que ha hecho George Miller no le haría justicia a la grandeza de esta película. Con la cuarta entrega de esta serie de filmes post-apocalípticos, Miller perfecciona su extravagante estilo de acción y demuestra que puede haber una voz artística entre los grandes filmes de verano. Fury Road provee acción “over the top” y tiene mucho que decir sobre los roles de la mujer en la sociedad, y, aunque se desarrolla en un mundo ficticio que existe hace más de treinta años, posee más relevancia que nunca.