Orion and the Dark saca a DreamWorks de lo tradicional

Admito que cuando me senté a ver esta película no sabía nada acerca del equipo creativo que estaba detrás de ella. Tan sólo sabía que era producida por DreamWorks Animation y que estaba basada en un cuento para niños. Así que cuando hice la tarea de informarme al terminarla me hallé estando y no estando sorprendido al mismo tiempo con lo que encontré. 

Orion and the Dark (Orion y la Oscuridad) cuenta con un libreto escrito por Charlie Kaufman, escritor y director de cintas como Being John Malkovich, Eternal Sunshine of the Spotless Mind, I’m Thinking of Ending Things, entre otros proyectos, que destacan el estilo surreal de este artista. Por tal razón, me encontré en conflicto cuando vi las decisiones narrativas que se toman en esta película.

Esta nueva entrega de Netflix explora la historia de Orion, un niño de once años de edad que está lleno de miedos e inseguridades causadas por las experiencias nuevas y extrañas que atraviesa constantemente en su vida. Pero nada le da más temor que la oscuridad. Así que cuando Dark, la personificación de la oscuridad, le regala una visita a Orion, ambos se embarcan en una aventura para enfrentar sus miedos. 

La animación de este proyecto me gustó mucho. La utilización peculiar de texturas y colores proveen una cualidad similar al estilo de animación tridimensional clásico. Esto le añade mucho carisma a la historia de la misma forma que lo hace el estilo de los personajes. El elenco hace excelente trabajo pero ninguno de ellos causó una impresión mayor en mi.

Jacob Tremblay como Orion (suministrada).

Ahora llegó el punto en esta reseña en donde tendré que dar algunas pequeñas revelaciones de la historia con el propósito de explicar por qué no estuve de acuerdo con tales decisiones. Así que están advertidos. 

Lo que sí causó impresión en mí mientras veía Orion and the Dark fue el hecho de que llega un momento en la película en el que hacen un salto en el tiempo.  Al hacer esto revelan que el personaje de Orion llega a su adultez y tiene una hija. Por lo tanto, todo este relato es un cuento para dormir que él le está contando con el propósito de demostrarle por qué no hay que tenerle miedo a la oscuridad.

Esto no hubiese sido tan problemático para mi si detrás de la decisión hubiese algún mensaje o análisis significativo al cual no había otra manera de llegar. Pero la única manera en la que utilizan esto es para darle entrada a la hija de Orion en la historia y para que ella le ayude a buscar una forma de terminarla. Habían múltiples opciones para desarrollar el tercer acto de esta cinta pero creo que sé sobre-complicaron, tal y como Charlie Kaufman tiene la costumbre de hacer (a veces de manera efectiva y a veces no). 

Paul Walter Hauser como Dark y Jacob Tremblay como Orion (suministrada)

Siento que este factor va a dificultar las experiencias de las audiencias y específicamente de los niños, ya que muchos de ellos no entenderán por qué los están sacando de la historia principal para contarles otra en medio de ella. 

Dicho esto, Orion and the Dark es divertida en ocasiones y el personaje principal es bien identificable con personas que luchan con problemas de inseguridad y distintos tipos de miedos. Me sacó una carcajada el ver esas emociones particulares expresadas en una caricatura. La enseñanza con la que concluyen la cinta de igual forma es muy inteligente y distinta a proyectos animados del pasado, lo cual fue refrescante de ver.

La aventura de Orion y su amigo la Oscuridad estará disponible en Netflix desde el 2 de febrero.