Por Orlando Maldonado
Después de haberlos visto por última vez hace cuatro años, El Séquito está de regreso en en un filme que ingeniosamente deshace todo lo que construyó la última temporada de la serie. ¿El propósito? Complacer a los fieles seguidores que se sintieron decepcionados con las decisiones de los personajes en esos últimos episodios. Tras ocho temporadas, el don juan de Vincent Chase parecía haber encontrado el amor de su vida, por quien renunció a la soltería de la que tanto disfrutaba. ¿Funcionará?, nos preguntamos todos. Mientras tanto, el controversial agente y amante de su trabajo Ari Gold renunciaba a todo lo que había construído por hacer feliz a una esposa a la que nunca le fue fiel, mucho menos fue su prioridad.
Los planetas se alinearon para que todos tuvieran su final feliz, o mejor dicho, el creador y escritor Doug Ellin forzó un arco a personajes que tal vez no lo necesitaban. Durante ocho años, Vince, E, Drama, Turtle y Ari simplemente fueron ellos, a veces versiones exageradas y a veces disminuidas, pero siempre quedaba rastro de ellos, justo hasta esos últimos episodios. Afortunadamente, Ellin escuchó a los decepcionados fanáticos y creó un filme que no solo es fiel a las características que mejor definían a sus personajes, pero que también mantiene intacto el tono satírico con el que se exploraba a Hollywood en la serie de HBO.
El matrimonio de Vince con la periodista Sophia duró lo que dura un temblor, o para un mejor entendimiento, duró lo que usualmente dura un matrimonio entre celebridades; nada. Ahora soltero, Vinnie le expresa a Ari Gold – cabeza de un estudio y todavía el motor del grupo – su interés de dirigir el próximo filme que protagonice. Aquí arranca la anticipada película de Entourage, cuyo conflicto es tan simple como el de un episodio de 30 minutos, por lo que esta película se siente como un episodio estirado. Para los fanáticos esto no será un problema, pero el que vaya esperando ver una película en que personajes empiezan en un lugar y terminan en otro podría salir decepcionado.
Como buen director primerizo, Vince se pasa del presupuesto separado para la película, forzando a Ari a pedir más dinero al inversionista Larsen McCredle (Billy Bob Thornton), un hillbilly con dinero para despilfarrar. McCredle envía a su hijo Travis (Haley Joel Osment) a supervisar su inversión, pero esto, por supuesto, se convierte en un obstáculo para Vince y el séquito. Haley Joel Osment hace oficial su regreso al cine con Travis, uno de los personajes más despreciables que haya producido el show, personificado perfectamente por un actor que parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.
Para todo estos inversionistas y jefes de estudio, un buen filme no necesariamente cumple con los estándares de un filme que nosotros, los amantes del cine, consideraríamos como bueno. Este debate se exploró constantemente en la serie y reaparece en la película cuando Vince enseña su película por primera vez. Lo que para unos es un un filme trascendental, para otros es un fiasco.
De esta sátira consiste parte del humor de la película, el cual en su mayoría va dirigido a los fanáticos de la serie, pues se basa mayormente en referencias a tramas anteriores y la aparición de algunos de los personajes secundarios que marcaron distintos puntos de la serie a lo largo de ocho temporadas. El memorable personaje de Billy Walsh, personificado por Rhys Coiro, sigue siendo el director independiente e impredecible de “Queens Boulevard” y “Medellin” que tanto disfrutamos odiando. Tampoco faltan las decenas de cameos de celebridades que complementan el humor de la película.
El problema más grande de Entourage, y honestamente, el único a simple vista, es que no cuenta con un atractivo para el público general. Los chistes que mejor funcionan son referencias a la serie y los personajes, creados en hace una década atrás, no encajan en una sociedad poco tolerante hacia tendencias machistas. No obstante, la película expone una lamentable realidad: diez años más tarde, Hollywood sigue siendo un mundo controlado por hombres. Las Dana Gordon de la vida se pueden contar con los dedos de una mano y la escasez de mujeres con poder en el show y la película no son el resultado de un libreto sexista, sino una acertada representación de cómo funciona el negocio del cine.