Reseña de “Sound of Metal” con Riz Ahmed

Riz Ahmed nos da su mejor actuación en “Sound of Metal”, un extraordinario experimento en diseño de sonido.

Cuando “Sound of Metal” arranca en medio de un concierto de una banda metal, es solo cuestión de tiempo para reconocer que en esta propuesta del director Darius Marder, el sonido, o eventualmente la falta de, es el protagonista de esta historia. Con una secuencia tan ruidosa que hace que el concierto en Coachella de Jackson Maine (A Star is Born) suene como radio AM, queda claro que lo que está por venir es una propuesta inmersiva como ninguna otra. Con el ritmo del pedal retumbando en el pecho de la audiencia y la potente voz de Lou (Olivia Cooke) como pie para el apasionado baterista, Ruben (Ahmed), la banda da inicio a lo que será la última presentación de este último con un set oídos saludables. Para su próximo show, Ruben ya ha perdido un 80% de su audición. 

Es aquí donde realmente empieza la historia de Ruben, una de pérdida, adicción y superación que utiliza un diseño de sonido innovador para insertar a la audiencia en la historia de manera que la pérdida de protagonista también sea la suya. 

Para un adicto como Ruben que lleva cuatro años limpio -los mismos que lleva de relación con Lou- su reacción inicial su reciente discapacidad es un “fix” o solución inmediata, ignorando que esta bien podría tratarse de su nueva realidad. No hay manera de recuperar la audición que ya ha perdido, sea por su exposición a la música de alto volumen o a alguna enfermedad autoimmune, le advierte el mismo doctor que le orienta sobre una costosa operación que le devolvería su sentido por medio de un implante coclear. Rápidamente, el procedimiento quirúrgico se convierte en el único norte de este músico en un estado depresivo que aumenta con la rapidez que va perdiendo lo que le queda de audición.

Cuando Ruben pierde su audición, la audiencia lo experimenta con él, mezclando el irritable tinnitus con el zumbido que resulta de las pocas ondas de sonido que sus oídos aún pueden reconocer. El estilo narrativo añade a la desesperación del protagonista y aquellos que intentan ayudarlo, evitando el uso de subtítulos en momentos críticos de la historia. Pero Marder tiene algo que decir más allá de utilizar este estilo como un “gimmick” para generar atención. Con la ayuda de una comunidad de sordos que busca mejorar el estilo de vida de personas sordas en lugar de buscar una solución, Ruben comienza su búsqueda de un nuevo propósito, implementando su conocimiento de percusión y una innata habilidad de trabajar con niños. 

Donde “Sound of Metal” encuentra uno de sus mayores logros, es reafirmando que esto no es un “tear jerker” confeccionado para hacer llorar a la audiencia. Presentando a Ruben como una figura imperfecta con un pasado oscuro, pero sobre todo, como un la persona perseverante, el guion de Darius y su hermano Abraham nunca te invita a sentir lástima por él, sino a acompañarlo en esta nueva etapa de su vida. Pero el guion no es necesariamente impecable, con varias secuencia apresuradas que se habrían beneficiado de un poco más de tiempo. 

Con Lou (una excelente Olivia Cooke), Marder explora el tipo de relación dañina en que ambas partes viven convencidas de que son mejores personas cuando están el uno con el otro. La idea de que otra persona es responsable de salvarte la vida es un tema recurrente en “Sound of Metal”, y una de las percepciones tóxicas que Joe (Paul Raci), el nuevo mentor de Ruben en esta comunidad de sordos, busca erradicar de su vida. 

Ahmed, quien se ha dado a conocer en Hollywood con roles en “Nightcrawler” y “Rogue One: A Star Wars Story”, fortalece su impresionante repertorio con su mejor actuación hasta el día de hoy, una merecedora de toda la atención de la Academia. Con temas de pérdida, superación y adicción adornados con un innovador diseño de sonido, “Sound of Metal” podría terminar siendo una propuesta imposible de resistir.

“Sound of Metal” tuvo su estreno durante el Festival Internacional de Cine de Toronto.