En los últimos años hemos visto un fenómeno que pocos pudieran haber imaginado. Gracias al éxito que logro Robert Downey Jr. con la primera película de Iron Man en el 2008 los superhéroes se han vuelto el fenómeno de cultura popular más grande del mundo. Compañías como DC y Marvel han invadido nuestros cines, televisores y computadores con decenas de películas y series que solo mejoran con el pasar del tiempo. Recientemente Fox, buscando nutrirse del éxito que han tenido Marvel y DC, decidió irse por un “origins story” clásico. Esta vez optaron por intentar revivir los Fantastic Four, uno de los primeros grupos de superhéroes que fue creado.

Tradicionalmente se cuenta la historia de cómo Reed Richards, ya entrado en años, dedicó su vida a la construcción de una nave interestelar que no estuvo propiamente equipada para combatir la radiación intensa del espacio. La exposición a la radiación les otorga poderes a todas las personas a bordo que incluyen el mejor amigo de Reed, su novia, su cuñado y el infame Victor Von Doom (un nombre totalmente creíble). En contraste a esta historia clásica, la película desarrolla y expone una historia de origen distinta a la narrativa tradicional de los Fantastic Four, ocurriendo a una etapa mucho más temprana de sus vidas y no se limita a nuestras estrellas. Reed (Miles Teller) y su mejor amigo Ben Grimm (Jamie Bell) dedican su juventud a construir una máquina que los permita viajar entre dimensiones. Cuando al fin alcanzan a un universo nuevo, reciben poderes que nunca pudieran haber imaginado.

La primera mitad de la película fue fenomenal. Los actores lograron comunicar el entusiasmo de un grupo de jóvenes viviendo su sueño de una manera que rápidamente hace que uno se encariñe de sus personajes. Nos hacen celebrar sus logros y sufrir sus penas porque nos vemos reflejados en ellos y en su misión de crear un mejor mundo, que en fin es lo que todos queremos. El ambiente estaba cargado de ambición y esperanza, y la escenografía servía para transportarnos a un mundo donde hasta las maravillas más inconcebibles son posibles. Incorpora todos los elementos de una excelente película de ciencia ficción, desde tecnologías avanzadas hasta paisajes de mundos nuevos y formas de vida extraterrestre que tan siquiera podemos comenzar a comprender. Sin embargo, hubo una diferencia marcada entre la primera y segunda parte de la película, después de que reciben sus poderes. A la hora de editar la película y decidir qué escenas se quedaban cuáles se iban optaron por simplificar la trama un poco más de la cuenta. La falta de transición hace parecer que estás viendo una película y su secuela, en lugar de un solo filme.

Héroes divertidos, villanos impactantes y un universo entero nuevo para explorar hacen de esta una buena película para ver con amigos o en alguna salida familiar. La actuación estupenda de Miles Teller, Kate Mara, Jamie Bell, Michael B. Jordan y Toby Kebbel, todos actores talentosos que se han probado en numerosas ocasiones, ayuda crear personajes creíbles y fieles a sus orígenes. Aunque deja un poco que ser deseado en cuanto a acción y efectos visuales, logra su cometido de mostrarnos el origen de los personajes y darnos unas pistas sobre cómo será su futuro, el cual veremos en la secuela que ya está pautada para salir en el 2017.