Recordar el pasado es quizás una experiencia que puede ser alegre, triste o una combinación de ambos sentimientos.  Un efecto que es difícil de controlar, porque en nuestro entorno social algo nos puede recordar el pasado.  Algún objeto puede representar un momento de felicidad, como una persona nos puede conmemorar un evento triste. 

En su debut como directora, Maggie Gyllenhall, transmite esta experiencia en el filme The Lost Daughter, gracias a un excelente guión adaptado y unas actuaciones brillantes de Olivia Colman y Jessie Buckley.  

La historia, inspirada en la novela con el mismo nombre de Elena Ferrante, relata la trayectoria de Leda (Olivia Colman) que se ve consumida por una joven madre, interpretada por Dakota Johnson, y su hija mientras las mira en la playa. Nerviosa por su relación convincente, Leda se siente abrumada por sus propios recuerdos del terror, la confusión y la intensidad de la maternidad temprana. Un acto impulsivo arroja a Leda al extraño y siniestro mundo de su propia mente, donde se ve obligada a enfrentar las elecciones poco convencionales que tomó cuando era una madre joven. 

El filme podía terminar en un “thriller” genérico, o en un drama melancólico sin ningún rumbo. Sin embargo, Gyllenhall optó por representar una historia que sintamos intriga, pero a la vez consumamos la angustia de su personaje principal. Su dirección evoca un espacio de libertad para que cada actor y actriz pueda representar con total naturalidad sus personajes. Sin embargo, su guión, escrito también por la directora, se mueve con total sutileza entre el pasado y presente de su protagonista sin tener que caer en un espacio de confusión que nos despegue de la historia. 

La ganadora del Oscar, Colman, es excelente y fácil puede obtener otra nominación a los premios de la Academia. No obstante, Jessie Buckley realiza un trabajo excelente como la representación más joven de Leda y es quien debería obtener las nominaciones a premios de actuación.  

Buckley representa una madre adolescente que se encuentra llena de conflictos, sueños y el compromiso de ser madre de dos niñas. Buckley interpreta estos aspectos con exactitud, pero tiene el reto de representar los matices de Olivia Colman en un estado juvenil. Por lo cual, la joven actriz ejecuta de manera extraordinaria está función sin opacar a su compañera de reparto. 

The Lost Daughter es un filme que debería ser centrado en las salas de cine para luego reflexionar sobre las decisiones, desde el lado materno o paterno, de nuestro pasado y cómo nos puede atormentar en nuestro futuro. No obstante, este mismo efecto será excelente en su plataforma de estreno, Netflix, el próximo 31 de diciembre, fin de año. La cinta es un buen estreno como directora de parte de Maggie Gyllenhall.