Un hombre de Oregon intenta asimilar el suicidio de su hijo gay en esta trágica historia verídica.
El 3 de febrero del 2013, un adolescente de 15 años llamado Jadin Bell se quitó su propia vida tras un patrón de acoso en la escuela y en línea. Poco después de la trágica muerte de de Jadin, su padre, Joe Bell, decidió cruzar los Estados Unidos para concientizar sobre las graves consecuencias del acoso escolar y cibernético. “Good Joe Bell”, la nueva película del par de guionistas de la aclamada “Brokeback Mountain”, narra la historia de Jadin desde la perspectiva de su padre, interpretado por Mark Wahlberg (Transformers: Age of Extinction, Patriots Day).
La historia de Jadin Bell, conocido en el mundo entero, se habría prestado para una importante pieza queer que celebrara su vida. “Good Joe Bell”, aunque bienintencionada y competente como pieza de cine, es una problemática mirada cis a una historia queer que merecía mucho más que una exploración de la tragedia que la convirtió en contenido mediático hace siete años. Es una decisión que de seguro atraerá a audiencias en busca de un giro dramático en Wahlberg, pero defraudará a quienes busquen verse en frente y centro de historias queer, en especial aquellas que busquen concientizar sobre la pandemia de abuso físico y psicológico que enfrenta la comunidad LGBTQ+ en los Estados Unidos.
Reid Miller, de series como “You” y “Play by Play” encarna a Jadin con la energía y espontaneidad que lo caracterizaron aún cuando era víctima de acoso a diario. Con su ipod en mano y su cabello decolorado, el actor de 20 años resalta en un rol para el cual tuvo acceso a la librería de música que Jadin dejó atrás. Una escena en que ambos, padre e hijo, recitan la lírica de “Born this Way” de Lady Gaga -un himno indiscutible de la experiencia queer- es uno de los momentos más genuinos y emotivos de la película sin tratar de serlo. Es una desgracia que la película, poco después de este momento, decida alejarse de su figura, a quien revisita en diferentes momentos de su vida escolar hasta el punto culminante. La escena es desgarradora, pero es imposible deshacerse de la idea de que la película nunca gana el derecho a llegar ahí.
Al enfocarse en su padre, la cinta del director Reinaldo Marcus Green (Monsters and Men) aborda el complicado tema de aceptación familiar, una de las principales causas de depresión y rebeldía en la comunidad LGBTQ+. Joe Bell, un hombre de Oregon con valores tradicionales y una perspectiva conservadora, primero forcejea con la sexualidad de su hijo exactamente como uno anticiparía de un hombre que, según él mismo revela, habría tratado de quitarle la homosexualidad a su hijo mediante el deporte. Wahlberg es el actor perfecto para interpretar a Joe. Su limitado alcance lo mantiene contenido, fuerte por fuera aunque moribundo por dentro. También ayuda que el guion de Larry McMurtry y Diana Ossana nunca le pide se sumerja en el melodrama que lo caricaturizó en “The Lovely Bones”, donde también interpretó a un padre en pleno sufrimiento por haber perdido a su hija.
La caminata de Joe está impulsada por un sentimiento de culpabilidad, más que por llevar un mensaje en contra del acoso. Joe se adjudica responsabilidad por no haber respondido de la manera que su hijo habría necesitado en el momento. En este forcejeo con el dolor y su masculinidad tóxica, Wahlberg sorprende con su mejor trabajo dramático en años. Es una lástima que la película se aleje constantemente del verdadero protagonista de esta historia o que eclipse su perspectiva a favor del típico punto de vista exclusivo. La decisión le roba a Jadin la oportunidad de contar su propia historia.
Si en algo aporta la perspectiva de Joe es en doblegar la tragedia al punto de convertirse en un “tear jerker” justo antes de que comiencen a rodar los créditos. Es una historia verídica, más una que en un intento de arrojar luz sobre un asunto de importancia, amenaza con prolongar el silenciamiento de las voces queer.
“Good Joe Bell” forma parte del Festival Internacional de Cine de Toronto.