TIFF 2018: Crítica de WIDOWS con Viola Davis

Widows, la nueva película del director Steve McQueen es un inteligente y emocionante “thriller” encabezado por un fantástico elenco de mujeres.

En la categoría de filmes sobre robos elaborados realizados por grupos de mujeres, la nueva propuesta del aclamado director de 12 Years a Slave, es la mejor película del año. Sin embargo, Widows es mucho más que la mejor versión de Ocean’s 8, y es en gran parte gracias a un fenomenal elenco que logra el trabajo más impresionante de todos, y es interpretar al más realístico grupo de mujeres que el cine haya visto en años recientes. El crédito aquí es compartido, principalmente entre un fabuloso grupo de actrices y un guion -escrito por McQueen y Gillian Flynn- que balancea temas como la corrupción política, la prostitución y hasta la brutalidad policíaca sin una sola onza de grasa en exceso.  

Widows arranca en una de las notas más elevadas de la película, solo superada por el su tercer acto, cumpliendo con una de las reglas básicas del cine comercial: empieza en alto y termina en alto. En la secuencia inicial de la película, lo que parece ser un robo fácil para un grupo de ladrones experimentados termina en una inexplicable tragedia. La muerte de este grupo de criminales, liderados por Harry Rawlings (Liam Neeson) deja atrás a un grupo de viudas y una deuda millonaria con una de las personas más peligrosas y poderosas de Chicago. Sin tiempo para sufrir la muerte de sus esposos, las tres mujeres toman la decisión de saldar la cuenta pendiente, poniendo en marcha un atraco que sus maridos habían comenzado a planificar.

Michelle Rodriguez, Viola Davis y Elizabeth Debicki en “Widows”

No hay duda de que Widows, aunque claramente dirigida a una audiencia nueva para él, sigue siendo una película de Steve McQueen. Solo un director con su maestría habría logrado tan brillantemente ejecutado balance entre temas complejos y relevantes, y el tipo de entretenimiento que hoy en día parece exclusivo de cine liviano que busca entretener durante el poco tiempo que toma vaciar la bolsa de popcorn. Luego de tres jonrones dramáticos en Hunger, Shame y 12 Years a Slave, el galardonado director británico se coloca entre las pocas voces en la actualidad capaces de concebir una propuesta que explora temas de importancia dentro de las exigencias de un estudio de renombre como 20th Century Fox. McQueen, como pocos directores en Hollywood, ha encontrado en Widows la manera de complacer el sistema de estudio sin la necesidad de sacrificar sustancia en el proceso.

No le hace daño que cuenta con la veterana Viola Davis como capitán de su elenco, aunque todos tienen su momento para brillar, siendo Elizabeth Debicki (Guardians of the Galaxy Vol. 2) el “standout” del grupo de actrices y un aterrador Daniel Kaluuya (Get Out) como el villano de la película. En ellas recae la difícil tarea de interpretar a un grupo de mujeres que, cuando llega la hora de la verdad, evitan convertirse en copias de sus maridos, y en lugar, son esas mismas cualidades que las mantuvieron alejadas de este mundo de criminales las que ahora utilizan a su favor, volviéndose invisibles para esos mismos que las andan vigilando de cerca. Fácilmente, el guion de Flynn y McQueen pudo haber transitado la ruta fácil pero predecible de convertir a esta mujeres en simplemente la versión femenina de sus contrapartes, restando cualquier tipo de desarrollo y profundidad a lo que termina siendo un grupo de personajes complejos, pero por encima de todo, reales.

Dentro de todo el entretenimiento, giros y sorpresas se puede identificar a un director experimentando en un ambiente nuevo para él. Es nada menos que fascinante como McQueen, cinco años después de su triunfo en los premios Oscar, logra transmitir sus sensibilidades mientras emite un contundente mensajes a cineastas que suelen escoger entre uno o el otro. Es posible hacer cine comercial y a la misma vez transmitir un mensaje. Widows, una clara contendiente de lo que habría sido el Oscar a la Película Popular, es evidencia de ello.