Luego de Avengers: Endgame, uno de los interrogantes fue: ¿qué será del futuro del “Marvel Cinematic Universe” (MCU) luego del final de las tres fases cinematográficas? ¿Cómo van a superar algo tan grande como Endgame? Marvel Studios ha generado películas que son llamativas y atraen gran multitud de espectadores a las salas de cine. ¿Pero cómo continuará?  Luego de un receso, y por supuesto la pandemia, el MCU continuó expandiendo su universo en Disney+ con series como Hawkeye, What If…?, Loki y la joya de WandaVision, su primera propuesta para televisión y lo que puso en alto las producciones originales de Disney+.  

Teniendo esta nueva dirección, la fase cuatro del MCU ha otorgado riesgos y retos en la narrativa, muchas de estas propuestas han experimentado ideas que han sacado al estudio de su zona de confort.  Moon Knight, la serie más reciente de Disney+, ha tratado la salud mental de una manera más oscura e intrigante, mientras que Eternals dividió la crítica, siendo la película del MCU con la calificación más baja.

Benedict Cumberbatch como Dr. Strange. (Suministrada)

Doctor Strange in the Multiverse of Madness es un riesgo desde que se anunció por primera vez.  La complejidad del tema de los multiversos es la apuesta a lo más riesgoso de esta historia.  La idea trae a la mesa experimentar con mundos alternos, como bien se explora en los cómics, que pueden otorgar otras perspectivas de la vida de muchos de los superhéroes.  El MCU realizó guiños de esta idea desde las series de WandaVision y Loki, hasta la cinta Spider-Man: No Way Home, pero ninguna se sumergió a experimentar el multiverso. 

Sin embargo, esta película aun así sigue teniendo el tema como un nicho y no lo abarca tanto como muchos esperan. Sí, se explora el multiverso, pero solo la locura que puede provocar el mismo.  No obstante, aún parecen migajas de pan que caen a la leche, ya que todavía no se siente que ha explotado el multiverso en la historia del MCU. 

Dirigida por Sam Raimi, quien regresa al género de superhéroes luego de su trilogía de Spider-Man con Tobey McGuire, ha ejecutado una entrega que marca decisiones para personajes muy importantes. Para bien o para mal, la trama generará un gran debate en los fans de Marvel con este nuevo capítulo. Estas decisiones no caen en Raimi como director, sino al guionista Michael Waldron (la serie Loki). A Waldron parece que se le dio más libertad que al director a la hora de continuar esta historia expandida. No obstante, parece desconocer las otras propuestas del MCU. Decisión que ocasiona una desconexión de muchas de ellas en Multiverse of Madness.  

Luego de los acontecimientos de Spider-Man: No Way Home, Doctor Strange, (Benedict Cumberbatch), con ayuda de nuevos aliados como América Chavez (Xochitl Gómez), se ve frente a una nueva amenaza desconocida que puede alterar el futuro del ser humano.  El hechicero recurre a la ayuda de una de las vengadoras más poderosas: Wanda Maximoff -“The Scarlet Witch”- quien aún continúa teniendo pesadillas luego de los eventos de WandaVision. 

Elizabeth Olsen como Scarlet Witch. (Suministrada)

La cinta no comparte la misma tonalidad mística que nos ofreció Scott Derrickson en la primera entrega del 2016. Pero, la marca o lo que distingue la filmografía de Sam Raimi (The Evil Dead, Don’t Breathe) está bien plasmada en toda la película. Hay elementos de suspenso y terror, pero de la manera más caricaturesca que distingue a este director. El “slapstick comedy” combinado con horror de Raimi está presente en todo el filme. No obstante, aunque de mi agrado, su tono no necesariamente apela a la historia que se está contando. Hay momentos con gran grado de sentimientos que se sienten consumidos por la creatividad del director, y generan más una risita que una leve lágrima en tus ojos. 

Por otro lado, Cumberbatch, en el rol protagónico, como Elizabeth Olsen (Scarlet Witch) comparten el mismo tiempo de pantalla. Ambos actores dan el mejor grado de sus personajes de manera profesional a pesar de las decisiones extrañas que puede tomar el guion. Además, América Chávez es una buena adición al MCU, y es importante para la trama por tener el poder de transportarse entre los multiversos. No obstante, su rol se usa más para cumplir esta misión más que para conocer porque nació con ese poder (es la primera vez que su personaje es presentado en una película).

En adicción, aunque no puedo hablar de los cameos, estos mismos no son quizás el gran “’highlight” de la película.  Son interesantes, pero la presencia de los mismos es algo muy rápida. Carecen de una introducción y conclusión adecuada, igual que mi emoción por verlos en pantalla. Una risa y emoción rápida que a la vez se sintió decepcionante por las esperadas escenas. 

En conclusión, esperaba decepcionarme más, ya que desde un principio esto sonó riesgoso, pero salí a gusto porque las decisiones sacan al MCU de su “comfort zone”. No obstante, no puedo indicar que es una maravilla y tampoco puedo garantizar que los seguidores del MCU saldrán a gusto, como yo, con los cambios tomados.  Una vez me enseñaron que hay que darse la oportunidad de desaprender para aprender. Pero no sé si el aprendizaje de esta película sea bien recibido por sus fanaticadas y posiblemente, para bien o mal, los divida. 

Doctor Strange in The Multiverse of Madness estrena el jueves, 5 de mayo. Solo en Cines.