“Pokémon: Detective Pikachu”, La más reciente adaptación de una propiedad originada de un videojuego, es un aperitivo de lo que podría ser el futuro de Pokémon en el cine.
Solo le tomó a Hollywood 23 años, pero finalmente está aquí la primera película “live action” de Pokémon, un fenómeno global a tal escala que cada medio de entretenimiento puede adjudicarse un éxito a su nombre en algún momento en sus más dos décadas de historia. La marca que se originó en videojuegos ha dejado su marca, además, en la televisión y juegos de mesa entre otros, pero nunca en el cine con el potencial que sus fanáticos han reconocido desde el día uno. Se necesitó un resurgir a causa de la aplicación Pokémon GO y el poder de atracción del actor Ryan Reynolds -cuya voz le trasciende gracias a Deadpool- para dar luz verde a un proyecto improbable si lo hubieses sugerido hace tres años. Pero aquí estamos, en el 2019, y la primera película de Pokémon, subtitulada “Detective Pikachu”, no es el cuadrangular que pudo haber sido.
Hay ideas más que interesantes en la premisa de “Detective Pikachu”, cuya historia se desarrolla mayormente en Ryme City, una metrópolis ideal en que humanos y pokémon conviven en armonía. Creada por el visionario Howard Clifford (Bill Nighy), la ciudad ha logrado erradicar la práctica del “pokémon training” y con ello, las batallas entre pokémon, que como muestra la publicidad, se ha convertido en el principal deporte clandestino. Es a esta ciudad que llega Tim (Justice Smith), un adolescente que todavía sueña en convertirse en entrenador de pokémon. Tim llega Ryme City en busca de su padre, un detective que desapareció en circunstancias misteriosas que podrían involucrar a un poderoso pokémon que fue visto en la escena. Con la ayuda de Pikachu (Ryan Reynolds), el ex compañero de su papá, Tim embarca en una aventura para resolver el misterio de la desaparición de su papá. Para ello enlistan la ayuda de Lucy Stevens (Kathryn Newton), una practicante con sueños de ser reportera, y un sinnúmero de especies de pokémon que encuentran en el camino.
El camino, sin embargo, es menos interesante de lo que suena. Pero no es la falta de pokémon o elementos nostálgicos una de las fallas de “Detective Pikachu”, sino la carencia de un buen misterio o trama principal a la que el guion pueda atar a las diferentes especies de pokémon que los artistas detrás de esta película han realizado con maestría. Es un golpe crítico a una película que se mantiene a flote cuando se convierte en un divertido ejercicio de “¿quién es ese pokémon?”. El ejercicio será suficiente para capturar y mantener la atención de fanáticos, pero probará ser un reto para los que vienen buscando una historia universal.
La reacción del resto de la audiencia de esta película dependerá de su estrella principal, Ryan Reynolds, y su habilidad de convertir una idea poco convencional en un éxito taquillero que todos pueden disfrutar. Después de todo, el barómetro de ideas descabelladas debe dar medidas similares cuando se comparan las premisas de un antihéroe desfigurado como protagonista de una película de superhéroes para adultos, y una película de Pokémon con el mismo actor en la voz de Pikachu. El mismo personaje que por décadas ha sido la imagen oficial de esta marca dirigida a niños.
Más allá de la nostalgia, hay un rayo de esperanza para fanáticos de esta marca. Revelarlo sería entrar en detalles sobre lo que sucede en el tercer acto de esta película, el cual comienza a mover las fichas para explorar otras historias pokémon en el futuro. Historias, tal vez, más cercanas a las que nos transportan directamente a los tiempos en que intercambiar cartas y coleccionar medallas de gimnasios era nuestro principal pasatiempo. Después de todo, un universo cinematográfico de Pokémon es solo la dirección correcta para esta marca.
El otro gran acierto de Detective Pikachu es haber puesto a Justice Smith (Jurassic World: Fallen Kingdom) en el centro de esta historia. El actor de 23 años pasó la prueba de fuego con una de las franquicias más grandes del cine el año pasado, y ahora demuestra estar más que listo para cargar su propia franquicia cinematográfica. Es gracias al trabajo de Smith y su habilidad de actuar solo lo que, junto al excelente trabajo de efectos visuales logra vender a la audiencia la existencia de estas criaturas y la interacción con ellas.
Cuando al final queda esclarecido el misterio, Smith ha logrado algo muy importante para el futuro de esta franquicia: que el público anticipe nuevas historias junto a Tim, aún cuando estas requieran un desvío completo de lo que intenta hacer esta película. Después de todo, los fans de pokémon no son extraños a la evolución.