Las calles de Manhattan y la masculinidad de muchos hombres se ven amenazadas con la nueva GHOSTBUSTERS, un reinicio que respeta la película original mientras introduce un nuevo set de personajes memorables a los que haremos referencia en el futuro. No hay manera de separar esta película de la original que estrenó en el 1984. Por más que los críticos lo intenten, los fanáticos decidieron que así sería cuando gritaron y patalearon en las redes sociales sobre el nuevo elenco, compuesto completamente de mujeres. Pero no cualquier tipo de mujeres. El renovado elenco de “Ghostbusters” cuenta con cuatro de las mejores comediantes trabajando ahora mismo, por lo que la única comparación aceptable entre ellas y los cazafantasmas originales es cómo, al igual que ellos en el 1984, son las elecciones ideales para dar vida a cuatro personajes que deben representar el estado actual de la comedia. Bill Murray, Dan Aykroyd y Harold Ramis eran comediantes en ascenso cuando un vehículo como “Ghostbusters” los elevó al estrellato. De esta misma manera, esta nueva película servirá de vehículo para cuatro comediantes que ya han comenzado a hacerse un nombre propio, en especial Melissa Mccarthy. Todo, mientras rinden homenaje a la “obra maestra” que muchos han defendido con garras y dientes desde que se hizo el anuncio oficial.
En “Ghostbusters”, Abby Yates (Melissa McCarthy) y Erin Gilbert (Kristen Wiig) son dos viejas amigas y aficionadas de lo paranormal que se reencuentran en medio de lo que parece haber sido una aparición fantasma. Pero esta aparición bien podría ser el inicio de una invasión fantasmagórica en la Ciudad de Nueva York. Con la ayuda de la peculiar ayudante de Abby, Jillian Holtzmann (Kate McKinnon) y Patty Tolan (Leslie Jones), una empleada del Subway en Nueva York que se sabe la ciudad de rabo a cabo, las mujeres deciden emplear su conocimiento sobre lo paranormal para atrapar estos fantasmas y defender a la ciudad. El resto, si estás familiarizado con la película original, es historia. Si no, se puede resumir en: rentan un espacio, adquieren un vehículo oficial y salen a atrapar fantasmas con los famosos “proton packs”.
De muchas maneras, unas más acertadas que otras, la película del director Paul Feig (Bridesmaids, Spy), rinde homenaje a la original de Ivan Reitman mientras intenta innovar. Aunque en algún momento se presenta la famosa casa de bomberos ocupada por el equipo original, las nuevas cazafantasmas establecen su sede en un lugar diferente y mucho más pertinente a esta nueva historia. La mayoría de estas menciones llegan en este tipo de coqueteo ingenioso por parte de Feig y la guionista Katie Dippold, quienes guiñan el ojo a un público que espera un remake página por página de la original. Pero “Ghostbusters (2016)” funciona por sí sola porque desarrolla personajes y una historia diferente.
En la superficie, la película parece emplear la misma fórmula que la primera película, pero el resultado es diferente. Por eso cuando Patty (Jones), al igual que Winston (Ernie Hudson) es la última en unirse el equipo, parecería que van en una dirección similar. Pero son estos detalles pequeños los que conectan esta película con la original, sin involucrar las personalidades de estos personajes. Si existe una excepción es Erin Gilbert (Wiig) cuando no se puede controlar frente al recepcionista Kevin (Chris Hemsworth), parecido a como Peter (Murray) siempre intentaba seducir a Dana (Sigourney Weaver). Pero aún así, se trata de dos personajes completamente opuestos. Mientras que Venkman desde un principio fue el escéptico del grupo, Gilbert es la autora de un libro en el que defiende la actividad paranormal.
El elenco completo hace un excelente trabajo, pero son Kate McKinnon y Chris Hemsworth quienes se roban la película. No todos los chistes dan en la marca, lo cual es un riesgo que se toman los guionistas al escribir personajes como estos que trabajan en los extremos. Al igual que en Saturday Night Live, McKinnon es su propia enemiga en “Ghostbusters” cuando le da ese último toque que no hacía falta y convierte al personaje en una caricatura de lo que intenta ser. Y hablando de caricaturas, Dippold trabaja a un débil villano que únicamente resalta en el momento en que se manifiesta a través del cuerpo poseído de otro personaje.
Fuera de esto, “Ghostbusters” es una propuesta con protagonistas realizadas, mayores sustos y risas que la original y puro entretenimiento; una combinación veraniega imposible de resistir. Cuando los créditos empiecen a rodar y tanto tu apreciación de la original como tu masculinidad estén intactas, ¿a quién vas a llamar?