La actriz Olivia Wilde (House, Life Itself) da un salto a la dirección con Booksmart, una comedia sobre madurez que celebra la amistad y la diversidad de personalidades e intereses en la adolescencia.
Doce años después del estreno del clásico de culto, “Superbad”, es adecuado que la extra talentosa Beanie Feldstein, hermana de Jonah Hill, protagonice una película que en muchos aspectos no es solo una respuesta a esta película del punto de vista de dos mujeres, sino que fortalece algunos de los temas que el infravalorado guion de Seth Rogen y Evan Goldberg comenzó a explorar en el moderado éxito del 2007, el cual ha encontrado su audiencia post-mortem. Es un relato tan viejo como el tiempo, o al menos uno que toma inspiración en clásicos como “Animal House”, “Revenge of the Nerds” y por supuesto, “American Pie”, pero que necesaria e inteligentemente se adapta a una audiencia más sofisticada. Es el camino indicado en la era del “cancelamiento” y la justicia social, en que cada propuesta es sometida a un riguroso escrutinio que compruebe comprensión y respeto de los temas expuestos.
Con toda honestidad posible y revolucionaria sin hacer mucho escándalo, “Booksmart” lanza una propuesta que en el 2019 podrá sonar descabellada para los que aún no se adaptan a los tiempos: en su mayoría, mujeres y hombres comparten las mismas preocupaciones e intereses en su adolescencia. A todos les gusta divertirse, a todos les preocupan las calificaciones, y por supuesto, a todos se le revuelven las hormonas al mismo tiempo.
Feldstein y Kaitlyn Dever (Last Man Standing) interpretan a Molly y Amy, un par de amigas que, en la víspera de la graduación de Escuela Superior, se dan cuenta de que al enfocarse en alcanzar sus metas académicas han descuidado otro importante aspecto de la madurez: cometer errores. Esta repentina realización o epifanía lanza a estas mejores amigas a una aventura repleta de “primeras veces”, encuentros indeseados con la realidad de algunos de sus maestros y la esperanza de experimentar, en tan solo una noche, todo lo que ignoraron en cuatro años de estudio intensivo. En el transcurso de la noche, Molly y Amy también se exponen a una lección u otra sobre la importancia de esa primera y fuerte amistad, más los peligros de descartar compañeros de clase como simples arquetipos sociales.
En este aspecto, el guion de Katie Silberman se encarga de mostrar empatía por sus personajes secundarios, que comúnmente son relegados a un simple “plot device” para mover el desarrollo del personaje principal. Como uno de esos detalles que hacen que “Booksmart” sea una propuesta especial, y una de las mejores película de madurez de los últimos años, la película se preocupa porque cada uno de estos jugadores secundarios adquieran una nueva dimensión cada vez que la historia los revisita a lo largo de la noche. Billie Lourd, hija de la fallecida Carrie Fisher, se roba cada una de sus escenas coma la impredecible Gigi, mientras que su Skyler Gisondo como su secuaz, Jared, refuerza una de las ideas centrales de la película, y es que las apariencias engañan.
En el proceso, “Booksmart” logra resaltar a sus elenco secundario sin quitarle el foco a sus dos protagonistas, cuya excelente química y creíble amistad es testamento de lo que representa ese primer amor no necesariamente romántico en la juventud: el mejor amigo o mejor amiga. Aunque explora temas con profundidad, el enfocado guion de Silberman nunca pierde de vista que, por encima de todo, esta es la historia de dos mejores amigas y su reacción ante uno de los más estresantes obstáculos que se presentan en una relación: la eventual separación. Combinados, se prestan para uno de los finales más emotivos y reales en lo que va de año, y uno que aprovecha cada una de las habilidades actorales de sus destacadas protagonistas, que son el alma y corazón de esta historia.
“Booksmart” se exhibe actualmente en las salas de cine de Puerto Rico.