Para ser parte de una franquicia que nació apenas el año pasado, The Divergent Series: Insurgent se siente tan anticuada como una película que estrenó hace dos décadas.

No es para menos, pues el segundo capítulo en esta serie de adaptaciones del universo literario creado por Veronica Roth tiene como villano principal una increíble insuficiencia de creatividad y originalidad tanto en la historia como en los visuales que intentan disfrazarla como el sci-fi innovador que claramente no es. Ni tan siquiera su elenco -una amalgama de jóvenes talentosos con el apoyo de veteranos ya probados- logran elevar esta película más allá de lo que es: una tonta e interminable adición a la serie que funciona mejor como un reinicio de la primera que como una secuela.

Insurgent comienza justo donde terminó Divergent; con nuestros protagonistas huyendo de la villana Jeanine (Kate Winslet), quien dedica todos sus esfuerzos a encontrar el Divergente perfecto con un sólo propósito: probar la amenaza que representan este tipo de personas en una sociedad ideal. En otras palabras, Insurgent recicla gran parte de la trama de Divergent sin la necesidad de volver a explicar los orígenes y mecánica de la sociedad distópica de Chicago.

Fácilmente, el conflicto en Insurgent se podría haber resuelto en menos de 2o minutos, pero esto habría eliminado la hora y cuarenta minutos que la película dedica a exponer las caras lindas y cuerpos esbeltos de los protagonistas. Tampoco habría sobrado tiempo para desarrollar, o más bien, forzar, el romance entre Tris y Four, cuya inexistente química debió haber sido la preocupación principal de una villana cuyo extenso desarrollo nos permite analizarla cautelosamente y llegar a la conclusión de que es, sin lugar a duda, una mala persona.

Desde los primeros minutos del filme, Tris lucha con un sentimiento de culpa que arrastra desde el momento en que su madre muere para protegerla. A la vez, Beatrice asume toda responsabilidad por la muerte de Will, a quien disparó para defenderse. No se necesita ser Erudito, o en este caso, Divergente, para entender que sus muertes, aunque conectadas a ella, no recaen sobre ella. Los tres guionistas que se necesitó para adaptar este libro parecen tampoco reconocerlo, evidente con su isistencia en colocar ese peso sobre la espalda de Tris durante la mayor parte de la película, al punto de recurrencia irritante.

Una simple audición habría demostrado la poca conexión que existe entre Theo James y Shailene Woodley. El problema no es Woodley. La actriz de 23 años no sólo ha demostrado sus capacidades por su cuenta, pero irónicamente también lo ha hecho con Miles Teller y Ansel Elgort, dos de sus co-protagonistas en esta película. El problema es que un árbol tiene más carisma que James, quien sólo está ahí porque su cara luce genial plasmada en un afiche promocional. Las mujeres, cuya mayoría ha leído la trilogía de Veronica Roth, suspirarán ante su presencia. Otros, y me incluyo, desearán que Peter (Teller) -el único personaje que se acerca a un ser humano real- le obsequie la más merecida paliza en la historia de filmes sobre sociedades distópicas, y de esos tenemos para escoger.

Esto me lleva a otro gran obstáculo que encuentra Insurgent en su camino; falta de originalidad. Se podría argumentar que no existe tal cosa como una idea completamente original, pero es evidente que The Divergent Series toma prestado de historias similares y superiores. Las comparaciones entre Tris y Katniss Everdeen de The Hunger Games son inevitables e injustas para la primera. Mientras que Katniss personifica el liderazgo y la revolución, Tris es una simple doncella en aprietos que escena tras escena debe ser rescatada por su héroe. Aún así, Roth insiste en convencernos de que se trata de una elegida; una mujer tan excepcional que no pertenece a una sola facción.

Dicho desperdicio de la oportunidad de presentar un modelo a seguir femenino es lamentable e increíblemente frustrante. Lo que pudo haber sido el perfecto vehículo para impulsar la creación de roles femeninos memorables, no es más que otra adición a la pila de personajes desechables por los que nuestras actrices se pelean.

Para tratarse de una historia que explora la diversidad y los aspectos que hacen de alguien o algo, diferente, The Divergent Series: Insurgent demuestra, irónicamente, que no hay nada en ella que la haga especial.