La verdadera estrella de Alpha es la cámara del cinematógrafo Martin Gschlacht, quien captura los impactantes paisajes naturales con profundo amor y admiración, haciendo que la travesía de Keda y Alfa se sienta más mística que mítica, con hermosas composiciones de escena que invitan a disfrutar en un nivel casi espiritual.
Desde el principio uno sabe lo que pasará en esta película, no hay muchas sorpresas aunque, algunos momentos son bastante intensos. Los tráileres la venden como una aventura “familiar” pero, hay secuencias que quizás resulten demasiado inquietantes para los más pequeños.
Otro punto a favor de este filme es su rechazo a la masculinidad tóxica. Mientras Tau exige frialdad y fortaleza a su hijo, es la sensibilidad y respeto de Keda por su entorno, y eventual amistad con Alfa lo que le ayuda a sobrevivir su odisea.
Alpha es la película que me hubiera gustado ver en pantalla gigante cuando niño. De adulto me conformo con disfrutar el trabajo de Smit-Mcphee y el ojo de Gschlacht.
Follow @ElGeorgeRiveraR