A principios de este mes, se dio a conocer que Johnny Depp estaría demandando a su ex esposa Amber Heard por $50 millones  por difamación por sus denuncias de abuso doméstico.

La demanda de Depp se refirió a las alegaciones de Heard como nada más que un “engaño elaborado”, y presentó evidencia que sugería que Depp fue quien soportó el abuso físico durante el matrimonio, y no al revés.

La demanda también establece que las acusaciones de abuso de Heard “han sido refutadas de manera concluyente por dos oficiales de la policía que respondieron por separado, una letanía de terceros testigos neutrales y 87 videos de cámaras de vigilancia recién obtenidos”.

Por otra parte, el reporte también se refiere a un presunto incidente en el que Heard lanzó una botella de vodka a Depp, lo que resultó en una lesión que requirió cirugía de la mano. La demanda también acusa a Heard de darle un puño a Depp estando en la cama, le dio patadas en numerosas ocasiones e incluso organizó sus propios ataques.

“Sin saber que los miembros del equipo de seguridad del Sr. Depp (incluido un veterano de 18 años del Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles) estaban a pocos pies de distancia, la Sra. Heard comenzó a gritar falsamente: ‘Deja de golpearme, Johnny'”, según dice los documentos judiciales. “La interacción culminó cuando la Sra. Heard hizo acusaciones falsas de que el Sr. Depp la golpeó con un teléfono celular, la golpeó y luego destruyó el ‘penhouse’. Hubo múltiples testigos oculares de este engaño”.

El equipo legal de Depp cree que Heard fabricó los reclamos en un esfuerzo por impulsar su carrera cuando el movimiento #MeToo estaba en pleno apogeo y así como para ganancia financiera.